En vísperas de las celebraciones de Nochebuena y Navidad, el párroco Luciano Guardia se acercó a los estudios de La Brújula 24 para formar parte del cierre de la 12° semana de IngenieroWhite.Com.
“El nacimiento de Jesús y la natividadnos congrega en familia para celebrar el paso de Dios, que se hace presente en la historia del mundo y también en cada uno de nosotros”, fueron las primera palabras que pronunció el padre Luciano.
–¿Qué camino has recorrido hasta llegar a Ingeniero White?
–Es mi primera experiencia como párroco y estoy a punto de cumplir 7 años en funciones, tras mis pasos previos en las parroquias San Luis Gonzaga y San José. Yo nací en Tres Arroyos y mi ordenación sacerdotal fue en la parroquia Nuestra Señora del Carmen. Fue un momento de fiesta con mi familia y amigos de todos los tiempos.
–¿Qué sensación genera como párroco formar parte de una comunidad como la de White?
–Si bien pertenece a Bahía Blanca, Ingeniero White es un pueblo al lado de la ciudad. Tiene su independencia en ciertas actividades y siente los acontecimientos de forma especial. Los hechos repercuten de otra manera porque no se pierden entre un montón de gente. Por eso, flagelos como la inseguridad o las adicciones duelen de forma especial.
“Como párroco, yo también soy vecino de White y lo tomé como el lugar de adopción que Dios ha puesto en mi camino. Participo en instituciones, dialogo con los vecinos y asisto a reuniones. Esos vínculos me ayudan en mi rol de sacerdote y me permiten colaborar en la búsqueda del consenso, que es uno de los grandes problemas contemporáneos”, destacó Guardia.
–Dentro de un año con varios altercados y hechos policiales, ¿cómo se analiza esta realidad desde la parroquia?
–Uno queda muy dolido por los problemas de la gente. Como Ingeniero White es un lugar pequeño, caminar las calles me permite trabajar de otra manera. Y de esas asociaciones han surgido propuestas como el pesebre viviente que se hizo hace poco en el puerto. Aunque a veces cuesta, nunca hay que perder esos ideales.
–¿Qué momento atraviesa la Iglesia estructuralmente?
–La Iglesia es como una casa grande y necesita mantenimiento y administración. Tenemos un grupo de laicos y gente parroquiana que ayudan en esos temas. Incluso, hace 5 años empezamos a remodelar el piso de la iglesia y a mejorar el sonido y la iluminación junto a la comisión de obras. La Iglesia no es el sacerdote, es la familia reunida, como indica la traducción del griego.
–¿Qué relación ha mantenido con el delegado Marcelo Acosta?
–Lo conozco desde que llegué a White, ya que ocupaba la presidencia de la Cooperadora del Hospital Menor. Siempre ha mostrado su amor por la localidad y sus ganas de unir a la gente. Solamente tengo palabras de agradecimiento para el delegado.
–Para cerrar, ¿qué mensaje le deja a la comunidad de White para esta Navidad?
–Optimismo, alegría y confiar en el Señor a pesar de las dificultades. Mirar el pesebre y pedirle al niño las cosas que necesitamos. Que llegue la paz a todos los hogares y podamos recibirla en el corazón.