Desconocidos destruyeron contenedores plásticos en los que se almacenaban soja y trigo por un valor que ronda los 2 millones de pesos. Ocurrió en cercanías de la localidad bonaerense de Henderson, sobre la ruta 86.
El campo volvió a ser víctima de un ataque anónimo que profundiza el temor de los principales actores del sector. En esta ocasión el afectado fue Rodolfo “Rody” Paolucci, un productor agropecuario que vivió un momento amargo al encontrar siete silo bolsas rotos, con la mercadería desparramada en el suelo.
El hecho se produjo la semana pasada en un campo situado sobre la Ruta 86, a unos 16 kilómetros de la localidad bonaerense de Henderson, donde un grupo de desconocidos ingresó a una propiedad privada y destruyó los contenedores plásticos que contenían soja y trigo.
La víctima de este nuevo acto vandálico comentó que se encontró con “el desastre” el jueves de la semana pasada, cuando fue a cargar granos porque había hecho una venta de 12 camiones. “Me agarró una tristeza bárbara“, lamentó Paolucci.
Este nuevo episodio potenció los temores de quienes creen que los ataques son perpetrados por grupos cercanos al kirchnerismo, para que los productores no especulen con el acopio y vendan la mercadería en tiempo y forma.
La hipótesis se apoya en que en las propiedades atacadas suelen aparecer pintadas del estilo “Haga Patria, corte un silobolsa“, que van en línea con las críticas del oficialismo a los hombres de campo que guardan su producción y venden cuando creen que se dan condiciones favorables para su negocio.
“Todos dicen que los que hacen esto son los de La Cámpora, pero no sé a quién responsabilizar la culpa. Yo a este Gobierno no lo quiero, pero no significa que le eche la culpa”, aclaró Paolucci. “Los hechos de inseguridad están a la orden del día. En Carlos Casares, la semana pasada se robaron dos camiones con soja“, apuntó.
La preocupación crece porque esta modalidad delictiva se repite cada vez con mayor asiduidad: se han registrado denuncias de carácter similar por bolsones plásticos que fueron destruidos por la noche.
El titular de Coninagro, Carlos Garetto, denunció hace cuatro meses que, aunque trascienden poco, se volvieron peligrosamente habituales los ataques anónimos contra los almacenamientos de soja. “La Justicia tiene que actuar”, reclamó en el tramo final de 2014.
Un buen ejemplo de ello es lo que se vivió en la localidad cordobesa de Oliva, donde se registraron 21 ataques del mismo estilo entre agosto y diciembre de 2014. En esos casos los productores acusaron al Gobierno por “demonizar al sector”.
Fuente: Infobae