Conservacionistas y científicos coincidieron en que el futuro Tratado de Alta Mar o de los Océanos, que se propone poner a resguardo el 30% de aguas internacionales, “beneficiará” a la Argentina “en sus capacidades potenciales para custodiar los recursos vivos” de las aguas que cubren su plataforma submarina y resultará “complementario” de iniciativas nacionales de protección.
Tras casi 20 años de negociaciones, el pasado 5 de marzo se acordó el texto del futuro Tratado de Alta Mar de la ONU, que busca garantizar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina en áreas fuera de la jurisdicción nacional.
Para lograrlo, plantea llevar el actual 1,2% de áreas oceánicas protegidas al 30%, que los países destinen más dinero a la conservación de este recurso, así como democratizar tanto el acceso como el uso de los recursos genéticos marinos.
En vísperas del Día Mundial del Agua, el activista Hernán Pérez Orsi, quien está a cargo del área de investigación oceanográfica de Greenpeace, recordó que “cuando hablamos de alta mar estamos hablando casi de la mitad del planeta”.
Por su parte, el investigador principal del Conicet y biólogo marino Luis Capozzo calificó como “histórico” al acuerdo porque hoy “todos los recursos vivos que se encuentren más allá de las aguas jurisdiccionales de cada país, no tienen manera de ser protegidas” de amenazas como la sobrepesca, el tráfico excesivo, la contaminación, la exploración y explotación hidrocarburífera o minera.
“Este tratado intenta poner un orden que debería anteceder al uso de estos recursos” si se quiere garantizar su sustentabilidad, dijo.
“Cuando hablamos de los océanos estamos acostumbrados a pensar en abundancia ilimitada, pero hay que pensarlos como grandes desiertos con importantes oasis donde se concentra una biodiversidad que es fundamental no sólo porque nos provee alimento sino también recursos marinos genéticos potencialmente beneficiosos para toda la humanidad”, agregó. (Télam).