A tiro de la Cumbre de Líderes del G20 y del siempre complicado diciembre argentino, el Gobierno busca un fin de año sin protestas sociales. Por eso, tras los bonos anunciados para trabajadores privados y estatales, la Casa Rosada evalúa un refuerzo de hasta $ 1000 para los beneficiarios de la AUH, adicionalmente al plus de $ 1500 que recibirán en diciembre.
También analizan adelantar a diciembre el aumento correspondiente en la movilidad jubilatoria previsto para marzo, a modo de acortar distancia con la inflación que según el último sondeo del Banco Central cerrará en 47,5% este año.
El presidente Mauricio Macri apuró los suplementos de fin de año para trabajadores del sector privado, estatales, fuerzas de seguridad y hasta las fuerzas armadas. Ante este escenario, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, quedó ante la presión de movimientos sociales que reclaman también una mejora para beneficiarios de AUH (casi 7 millones de personas), así como la CGT exigió una compensación para jubilados.
La mejora para beneficiarios de planes sociales parece estar más madura. El Gobierno había anunciado en septiembre el refuerzo de $ 1500 para diciembre pero, tras los bonos para trabajadores y una inflación mayor a la esperada, la Nación planea otorgar otros $ 1000. La ministra quedó acorralada ya que los beneficios a los trabajadores ahondaría la inequidad interna con los sectores informales de la economía.
En el oficialismo no quieren dar detalles aún. “Vamos a patear estas discusiones lo máximo posible”, comentaban en Casa Rosada. Lo cierto es que Stanley tiene a su disposición parte de los u$s 1850 millones, que recibirá la Nación del Banco Mundial y el BID, tal como anunciaron el 1 de noviembre. Los organismos multilaterales otra vez apuestan a Macri y le destinaron estos fondos únicamente con fines sociales, lo que es un eje que resaltan en su relación con los países en desarrollo. El BM está colaborando con el Gobierno para que la AUH alcance a todos aquellos que pueden estar incluidos en el plan social, pero aún no fueron inscriptos. Con esos recursos, el Gobierno evitaría ahondar el
déficit fiscal de este año.
Stanley da por descontado que deberá encarar reuniones con movimientos sociales.
“Siempre estoy abierta al diálogo; si hay algún planteo que quieran hacer, nos reuniremos y veré qué es lo que plantean”, sostuvo ayer en Casa Rosada, después de la reunión de gabinete. La negociación pasará por una mejora en el refuerzo de diciembre, mayor cobertura de alimentos y extender las capacitaciones laborales. En el Gobierno por ahora tienen un enfoque positivo y resaltan que “menos mal que dimos un refuerzo” para AUH en los albores de la volatilidad financiera, en septiembre, y así “no quedamos tan lejos del nivel de inflación”.
En el oficialismo quieren tener despejado el panorama para lo que resta de este año. Las preocupaciones principales pasan por el desarrollo de la cumbre del G20 y que no haya
incidentes en torno al foro global. Por otro lado, evitar los saqueos de diciembre, que suelen sucederse cada año. A mediano plazo, ya se muestran optimistas. “La inflación está mermando y creo que podemos empezar a pensar en bajar las tasas de interés a fin de año”, comentaba optimista ayer el senador Federico Pinedo.
El otro punto serán las jubilaciones. El vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra, quiso desactivar cualquier rumor ayer. “Por el momento el esquema que está vigente en el próximo ajuste va a tener en consideración los índices más altos de inflación, por lo que ahí va a haber una mejora respecto de las remuneraciones. Se verá esa mejora pero no habrá bono”, señaló.
Ahora bien, la iniciativa del oficialismo no es pagar un “bono” a los jubilados, tal como rechazó públicamente Ibarra. Según fuentes oficiales, se evalúa como alternativa adelantar a diciembre la actualización correspondiente a la aplicación de la fórmula de movilidad prevista para marzo, lo que -de acuerdo con las estimaciones oficiales- significaría una suba de 11% en los haberes. Actualmente, el mínimo está en $ 8637.
El Gobierno todavía no da precisiones sobre las jubilaciones y hasta planea relegar esa definición. Es que en la Casa Rosada están expectantes porque el 18 de diciembre, la Corte Suprema definirá qué índice debe utilizarse para calcular las sentencias y reajustes jubilatorios. En esa misma fecha, un año atrás, el Congreso debatía un cambio en la fórmula de calcular las jubilaciones que generó las protestas más virulentas contra el Gobierno desde que llegó Macri al poder.
Fuente: El Cronista