La afirmación proviene de la consultora Drewry, luego de conocerse cifras de la facturación del primer semestre informadas por algunas navieras, que muestran una reducción promedio del 18% respecto del mismo período de 2015.
La facturación se contrae más rápidamente que lo que los transportadores marítimos son capaces de ahorrar efectuando recortes. Y, a menos que se produzca un repunte significativo del de los fletes, la consultora predice para el pérdidas de “por lo menos USD5.000 millones” este año, lo que desataría una nueva ráfaga de fusiones y de navieras.
Incluso, si la depresión de los transportadores continúa a este ritmo, los ingresos anuales se precipitarán por debajo del mínimo registrado en 2009, un año en el que la naviera sufrió pérdidas operativas colectivas por USD19.000 millones.
Drewry aclara – no obstante-, que las líneas marítimas de contenedores son mucho más eficientes hoy, lo que mitigará las pérdidas, aunque no el problema.
La semana pasada, se conocieron los resultados del primer semestre de tres conocidos nombres en el escenario del transporte marítimos de contenedores: OOCL, Hapag-Lloyd y la líder del mercado: Maersk Line.
Las empresas informaron pérdidas transitorias por USD57 millones, USD158 millones y USD114 millones respectivamente. De particular preocupación resulta sin embargo, que las tres sugirieron que el regreso a la rentabilidad demandaría aún de un largo camino.
“Los precios de los fletes se cayeron en el segundo trimestre de 2016 a niveles récord. Como no pudimos reducir nuestros costos a la misma velocidad, tuvimos un resultado negativo. No estamos satisfechos con los resultados de nuestro segundo trimestre”, aceptó Soren Skou, CEO de Maersk.
El ejecutivo se manifestó confiado en que los precios habían “tocado fondo”, dado los recientes repuntes – si bien tenues-, registrados en los índices del mercado spot. Sin embargo, admitió que los precios “permanecerían bajo presión” por algún tiempo, debido a la baja demanda y la crónica sobreoferta de bodega.
En la actualidad, el 50% del negocio de Maersk Line proviene del volátil mercado spot, porcentaje que hace pocos años no llegaba al 25. Eran tiempos en los que el transportador marítimo danés tildaba al mercado spot de ser un “casino”. Sucede que hoy las navieras no están en condiciones de presupuestar sus ventas con cierta seguridad más allá de unas pocas semanas adelante, lo que hace que reaccionen tarde a los cambios del mercado.
Por otro lado, las navieras que todavía no dieron a conocer sus números, como Hamburg Sud y MSC, tampoco están inmunes al malestar que invade al sector, según lo reconoció la semana pasada una fuente de la propia MSC.
“MSC no tiene una bala de plata”, dijo la fuente, y admitió que “estamos sufriendo como los demás”.
Una política más agresiva de recortes de gastos, incluyendo nuevas presiones sobre los costos de las terminales portuarias, la consolidación de empresas y el desarrollo de alianzas más grandes, parecen ser las únicas herramientas disponibles para una industria que está de rodillas y que ha resultado para muchos – y no sin razones-, el arquitecto de su propia defunción. (Por Mike Wackett; TheLoadStar en gCaptain. Adaptado al español por NUESTROMAR)