El cuerpo humano está compuesto en un 60% de agua, el cerebro se compone en un 70% de agua, la sangre en un 80% y los pulmones se componen en un 90% de agua.
Las cifras reflejan la importancia de mantener una correcta hidratación del organismo, como uno de los pilares fundamentales de una buena salud.
Sin embargo, como en todo, los excesos no son buenos, y beber demasiada agua puede resultar perjudicial para la salud, según advierten los especialistas.
Qué es la intoxicación por agua
La también llamada toxicidad del agua, hiponatremia, envenenamiento por agua y sobrehidratación se produce cuando la concentración de sodio en la sangre es anormalmente baja, según explicaron expertos de Mayo Clinic de Estados Unidos.
“El sodio es un electrolito y ayuda a regular la cantidad de agua que hay dentro y alrededor de las células —precisaron—. En la hiponatremia, uno o más factores, desde una enfermedad oculta hasta beber demasiada agua, hacen que el sodio del cuerpo se diluya. Cuando esto sucede, los niveles de agua en el cuerpo aumentan y las células comienzan a hincharse. Esta hinchazón puede provocar muchos problemas de salud, desde problemas leves hasta problemas que ponen en riesgo la vida”.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los EEUU, “el sodio ayuda a que los nervios, los músculos y otros tejidos del cuerpo funcionen correctamente, y es importante para mantener la presión arterial”.
“Si alguien bebe demasiada agua muy rápido, diluye los electrolitos en la sangre y, en particular, el sodio”, explicó Russ Kino, MD, médico de emergencia y director médico del Departamento de Emergencias de la Fundación Weingart en el Centro de Salud Providence Saint John en Santa Mónica, California. Y agregó: “Eso conduce al movimiento del agua hacia las células del cerebro, y éste se hincha”.
Esa inflamación, sumada al desequilibrio que el cuadro genera en el organismo, puede llevar a la presencia de síntomas como náuseas y vómitos, dolor de cabeza, desorientación, pérdida de energía, somnolencia y cansancio, agitación e irritabilidad, debilidad, espasmos o calambres musculares, según Mayo Clinic.
“En casos graves, la toxicidad del agua puede provocar convulsiones, coma e incluso la muerte”, señaló Edward W. Boyer, MD, Ph.D., médico de urgencias especializado en toxicología médica en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio.
¿Cuánta agua es mucha agua?
La noción más generalizada habla de que hay que beber dos litros de agua al día. Sin embargo, la regla de oro de tomar ocho vasos de agua para mantenerse hidratado y saludable es un concepto que varios científicos cuestionan. Según estudios recientes esta indicación no debe ser universal ni aplicarse sin considerar las características de cada persona, ya que puede ser excesiva para la mayoría de los individuos.
Una reciente investigación global sobre las necesidades humanas de agua mostró cómo la renovación de este líquido utilizado por el cuerpo a diario difiere y está determinada por una variedad de factores. Los científicos de los Institutos Nacionales de Innovación Biomédica, Salud y Nutrición de Japón, junto a otra veintena de especialistas de los Estados Unidos, Gran Bretaña y los Países Bajos analizaron la rotación del agua en el organismo humano y revelaron que cada individuo presenta una amplia gama de ingesta.
Boyer remarcó que hay factores como el tamaño del cuerpo, si la persona tiende a sudar mucho, el nivel de actividad que hace y los niveles de humedad que pueden hacer que las necesidades de hidratación sean variables. “El cuerpo es bastante bueno para decir cuándo necesita más agua”, enfatizó.
Siete claves para hidratarse correctamente
1- Consumir frutas y verduras
Muchos vegetales tienen un alto contenido de líquido, por eso se recomienda “comer” agua y aumentar las porciones de sandía, kiwi, manzanas, frutillas, pepinos y muchos ingredientes que suelen utilizarse para las ensaladas, como zanahoria, repollo, lechuga y otras verduras de hoja verde, o tomates y morrones.
2- Rituales de hidratación
Tomar un vaso de agua natural o saborizada antes de cada comida, sea almuerzo o cena. Proponerse beber al menos medio vaso al terminar una reunión o después de terminar una tarea, tanto en el ámbito laboral, como social o personal. Además, se recomienda beber un vaso entero con la comida.
3- Llevar una botella
Mantener un recipiente con agua con usted durante el día y dejarlo a la vista, tener el envase dentro del campo visual hace que tomemos líquido más seguido. Un truco: si la botella además tiene un diseño que a uno le resulte atractivo, puede aumentar la motivación para beber.
4- Sumar saborizantes
Menta, jengibre, limón o rodajas de melón pueden endulzar o saborizar el agua natural para quienes les cuesta beberla sola y no suman una dosis extra de azúcar.
5- Aplicaciones en el teléfono móvil
Existen apps diseñadas especialmente para alertar o detectar cuándo es momento de servirse un vaso de agua antes, incluso, de tener sed. Además. permiten saber exactamente cuánto líquido ingieren por día.
6- Té helado
El té también contribuye a la ingesta de líquidos. Los tés de frutas se pueden preparar también con agua fría. Es recomendable priorizar las infusiones caseras para hidratarse por sobre los productos envasados que tienen conservantes y/o endulzantes.
7- Granizado de frutas
Combine fruta frescas como frutillas, duraznos, melón o mango con hielo y agua en casa por la mañana y tomar de a sorbos para aumentar la ingesta de líquidos durante todo día.
Fuente: Infobae