De cara al tramo final del año y realizando un balance de su gestión, palpitando proyectos que siguen en vías de ejecución, el delegado Rubén Caldez formó parte de la edición 776 de IngenieroWhite.Com, emitida por La Brújula 24, dando a conocer los últimos temas de actualidad en la localidad.
“Van a cumplirse 2 años en el cargo y uno siente que en algunas cosas el tiempo pasa rápido y en otras se hace eterno. Este año pudimos poner en marcha muchas obras pendiente y distintos proyectos. Lo último que hemos atendido pasa por los controladores de altura para el tránsito pesado en el Puente La Niña, los reductores que en breve se colocarán en Juan B. Justo y el tema de las luminarias en distintos puntos de la localidad”, apuntó.
“Otra decisión acertada fue llevar la Subsecretaria de Medio Ambiente a la localidad, ya que permite estar cerca de la gente. Haber contado con el Bahía Disfruta en White, arbitrar los medios para facilitar la entrada de bolsones y la presencia de los trabajadores sociales nos permitieron articular un mecanismo que en la próxima gestión hay que seguir puliendo”, amplió Caldez.
–¿Cómo va a ser tu situación después de diciembre?
–El día lunes presenté la renuncia como todos los funcionarios. Mi mandato termina el 10 de diciembre y después habrá una evaluación. Tengo ganas de seguir, hay mucho por hacer. Está yo o no, la obra de Dasso va a salir. Hay temas donde lo importante es que la gente vea las cosas hechas y no solamente las promesas de otros tiempos.
“Seguir en la delegación depende del intendente y las consultas que haga con el equipo. Yo siempre voy a seguir apoyando por el crecimiento de la localidad. Tenemos muchos temas de iluminación, vivienda, terrenos, casas fisuradas, pluviales por seguir atendiendo”, completó.
–¿En qué aspecto sentís que le has dejado algo al vecino de White?
–No sé si le cambié la vida a alguien, pero sí puedo decir, por ejemplo, que en el Barrio Obrero hay vecinos que me han dicho que antes no podían ni abrir la ventana porque se le llenaba la casa de tierra. Y lo único que hicimos fue mejorar la calle. O el caso de las 18 familias del Barrio Chino, en la Plaza del Cangrejo, donde conectamos el agua corriente.