Los plazos fijos privados en pesos y dólares crecieron en abril un 8,6%. Ese crecimiento –según adelanta esta mañana el diario La Nación– no se registraba desde la convertibilidad, según datos del Banco Central (BCRA).
El dato es refleja la maniobra especulativa que genera la previsión -al menos hasta las elecciones- de un tipo de cambio fijo y, al mismo tiempo, de tasas de interés en pesos que, medidas en moneda dura, ofrecen uno de los retornos más altos del mundo.
Así, los plazos fijos privados del BCRA treparon el mes pasado en $ 30.908 millones, hasta los 391.414 millones.
“El fenómeno surge de la combinación de una tasa de interés atractiva con pocas opciones de inversión, tanto en el caso de empresas como de individuos”, dice Francisco Gismondi, economista de Empiria Consultores. “También, por el mayor gasto público, aumentó la liquidez ya que el Gobierno está volcando más plata a la calle”, agrega.
“A nivel institucional [en la constitución de plazos fijos] juegan fuerte las restricciones cada vez más importantes para la compra de dólar Bolsa“, aporta Pablo Curat, socio del Estudio Curat, Martínez Larrea & Asociados. “Y teniendo en cuenta la estabilidad cambiaria, la ganancia en moneda dura es importante.”
“La tasa era más negativa y las perspectivas de estabilidad cambiaria no eran tan claras como ahora, con lo cual había un incentivo, pero era menor”, asevera Curat. “Ahora hay una clara señal del Gobierno de que habrá estabilidad cambiaria, a través del mercado de dólar contado y el de futuros.”
“Mientras el dólar esté quieto, parece una opción muy atractiva”, dice Gismondi. “Pero no se me ocurre que sea algo que sea para siempre“, deslizó.
Fuente: Fortuna.