Del boom eufórico de los créditos hipotecarios que generó un efecto derrame a todo el sector inmobiliario a principios de 2018, se pasó al enfriamiento e incertidumbre post devaluación y recesión. “Se vivieron varios años distintos dentro del mismo”, sintetizó Germán Gómez Picasso, director de Reporte Inmobiliario. El mercado del real estate vivió 12 meses intensos con vaivenes en los precios del metro cuadrado, picos y mesetas de compra-ventas y una demanda que se movió de la vivienda propia a los alquileres. Desde el sector, apuntan incluso que 2019 no será el año de recuperación, ya que la caída en los valores no será tan pronunciada como para que la oferta vuelva a ser atractiva.
Desde mediados de 2017, los precios en dólares del metro cuadrado registraron un alza superior al 17%, y pasaron de valer en promedio u$s 2422 a u$s 2834 en agosto de este año, según un relevamiento llevado a cabo por Properati. El factor principal en este incremento fue el efecto hipotecas, especialmente apalancado por los UVA, que se fue desinflando por la suba de precios y tasa de interés que volvió cada vez más complicado afrontar los pagos. La cantidad de escrituras realizadas con hipotecas pasó de representar el 42% del total en enero de 2018 a tan solo el 10% en octubre.
Si bien el mercado del real estate acusó recibo por la crisis económica -el total ventas en la Capital Federal cayó un 41% interanual en octubre -, los síntomas se cristalizaron lentamente. “Los precios no cayeron en picada. Se mantuvieron estables aunque en algunos barrios la caída fue fuerte, como en Puerto Madero, que bajaron un 10%. En barrios donde no hay demanda genuina, el mercado se enfría más rápido”, detalló Gabriel Gruber, director regional de Properati. Noviembre marcó el tercer mes consecutivo de retroceso en el precio promedio en dólares de venta de los inmuebles en los barrios porteños, aunque en el acumulado del año el incremento es del 7%.
Para Federico Barni, director ejecutivo de Navent (Zonaprop), el mercado se está desplazando hacia los departamentos en pozo. “Al no tener la totalidad del dinero para enfrentar la cuota del inmueble, esto te permite cuotificar a largo plazo. El mercado de alquileres también se reactivó“, explicó. Gruber especificó que, dentro de los alquileres, las opciones temporales son las que ganan terreno. “Hoy representan la mitad de las publicaciones”, afirmó.
En cambio, para los inversores, los alquileres ya no representan un negocio atractivo. “En un año, la rentabilidad bajó un 40% en dólares”, detalló Barni.
Según los jugadores de la industria, la caída en dólares del costo de construcción representa uno de los pocos puntos positivos del año. “Es un buen momento para los que tienen algún terreno o casa para remodelar”, expresó Barni.
En 2019, no se anticipa que vaya a haber un nuevo boom inmobiliario. “Se harán menos escrituras, los precios van a caer un poco más y el crédito no se va a recuperar. Veo un panorama estable pero decreciente con expectativas de mejora a fin de año, siempre y cuando el candidato que gane le agrade al mercado”, analizó Gruber.
Para el grupo Adrián Mercado, el paisaje de posible recuperación recién podría avizorarse una vez cerrado el primer cuatrimestre del próximo año, mientras que Gómez Picasso calcula que, para reactivar la demanda, la caída en el precio del metro cuadrado tendría que ser superior al 20 por ciento.
Fuente: Cronista.