Más de doscientos empresarios escucharon de boca del ahora ex secretario de Comercio Guillermo Moreno cuál era su misión al llegar a Luanda, capital de Angola. El por entonces Gran DT estaba rodeado por los representantes de la Salada y del Mercado Central, además de ejecutivos del sector aceitero, productores de soja y frigoríficos, sólo por citar algunos de los que lo acompañaron en la cruzada.
A tres años de esa gira, el gran asado argentino generado como receta de seducción no dio los resultados esperados. De los US$ 221 millones por los que se vendían productos locales a Angola en 2011 pasó a US$ 135 millones en 2014. De los simbólicos US$ 6 millones que compraba Armenia hoy se venden US$ 4 millones y de los US$ 7 millones que se generaban por el comercio con Azerbaiyán hoy se genera menos de la mitad: US$ 3 millones.
La caída con Emiratos Árabes fue también abrupta con un retroceso escalonado de US$345 millones en 2011 a unos US$ 213 millones en 2014, según un relevamiento exclusivo de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales, al que tuvo acceso LA NACION. Del T.E.G de misiones sólo India -cuya visita se concretó en 2007- y Vietnam aparecen como excepciones a la regla con crecimiento en sus ventas entre los diez territorios visitados. La paradoja, claro está, es que lo que finalmente se vendió no forma parte de lo que se potenciaba en las misiones.
“Ya no se trata de llevar adelante la convencional promoción. Por el contrario, hay que lograr la inserción de empresas y sus productos en las cadenas de producción y comercialización que se extiendan más allá de las fronteras”, explica Marcelo Elizondo, titular de la Consultora DNI. Los datos son elocuentes: mientras las exportaciones de todos los países del mundo (sumando bienes y servicios) llegan a tasas de casi el 40% del Producto Bruto Global, dos tercios de los intercambios de comercio exterior está en manos de unas 60.000 empresas transnacionales, según las estimaciones de OCDE.
“El comercio es cada vez mayor pero además es cada vez más sofisticado”, resume Elizondo. El ADN de la economía global tiene también otro dato adicional: un 62% de las exportaciones son productos manufacturados, un 20% servicios comerciales, un 10% derivados de la minería y un 8% se generan en la agricultura. La Argentina va a contramano cuando se mira su mix de ventas. Los productos primarios puros son un 20% del total y otro 37% son manufacturas de origen agropecuario (aceites vegetales que son commodities entran en esta liga).
“En los casos de Armenia, Azerbaiyán y Georgia -un país vecino de Rusia que fue muy relevante en los envíos locales en los 70-, además de no mejorar la relación, siguen siendo destinos virtualmente irrelevantes en las exportaciones argentinas.
Las exportaciones a China, pese a los viajes de negocios (Néstor Kirchner había liderado una numerosa comitiva en 2004, Cristina Fernández en 2008 y este año hubo otro viaje con muchos empresarios y la presidente) tienen en 2014 los peores resultados desde 2011. Lo mismo pasa con Indonesia que muestra en el comercio bilateral más bajo de los últimos cuatro años.
Las ventas a India y Vietnam se incrementaron principalmente en productos de origen agropecuario y no de los productos promovidos. En tanto, Rusia permanece estable.
Los vinos, las frutas, carnes, lácteos y residuos de la industria alimenticia para animales hacen que el 95% de las ventas argentinas a Rusia sea de origen agropecuario.
En el caso de China, los porotos de soja representan el 50% del total y son el principal rubro exportado, mientras los aceites crudos de petróleo han sido en los últimos años el segundo rubro principal (alrededor de un 10% de las ventas), seguido por el aceite de soja -con el 9%-, y los aceites de petróleo -el cuarto con el 3%-, según datos de la Cámara de Exportadores de la República Argentina. En montos menores que no superan el 1,5% del total, también se exportó tabaco en rama, cueros y pieles curtidos, moluscos, lacto suero y componentes de la leche, carne bovina congelada y crustáceos). “En el caso del gigante asiático antes compraba aceite y ahora compra porotos de soja, también bajaron los precios de referencia y la relación es más política que comercial”, agrega otro referente del rubro aceitero.
Indonesia, India y Vietnam son países en los que más del 60 de las exportaciones también son de origen agropecuario (especialmente de la cadena sojera; con porotos y aceites como principal componente, y también -en montos menores- con algo de cereales, donde se destaca el maíz), releva DNI. Para el caso de Angola, entre los principales productos exportados se encuentran el aceite de soja, la margarina y las mezclas de aceites mientras en Azerbaiyán desembarcan la caña de azúcar, el aceite y harina de soja y de otros cereales. A los Emiratos Árabes la Argentina exporta maíz, trigo, soja y esporádicamente tubos de acero sin costura. De ahí que al momento de evaluar el retorno de las misiones comerciales no son pocos los que recuerdan a Moreno durante estos días pero, claro está no lo hacen desde los negocios cerrados, sino desde el arcón de sus recuerdos. Después de todo, en el T.E.G es China quien ataca Kamchatka aunque el ex secretario soñaba con que iba a ser la Argentina
Fuente: lanacion.com.ar