En su rol de Comodoro del Club Naútico de Bahía Blanca, el multifacético Oscar Liberman formó parte de IngenieroWhite.Com Radio, en La Brújula 24, dando a conocer aspectos relacionados con el presente que vive la entidad y su concepción sobre nuestra comunidad portuaria.
En ese sentido, Liberman formó parte de la reciente reunión virtual desarrollada entre las autoridades del Consorcio del Puerto y los representantes de las instituciones de Ingeniero White.
“Me parece un espacio fantástico. Es fundamental trabajar en comunidad y generar esos lugares entre las instituciones. Son reuniones que promueven distintos objetivos y, al mismo tiempo, permiten que surjan ideas, colaborar y replicar las cosas que se están haciendo bien. Son épocas difíciles, pero me gustó que no quedó en una catarsis. Más allá de la pandemia y las complicaciones que genera, sirve para poder atravesarlo de la mejor manera”, destacó.
–¿Qué tiene de especial White en su día a día?
–Es muy particular porque es como una ciudad dentro de la ciudad. White nace como puerto, pero con la ciudad ya existente. Tiene una morfología propia con rasgos marcados y una sociedad con una identidad fuerte. White siempre vivió a orillas del mar y su desarrollo fue por ese camino. Me acuerdo de la época de las cantinas, de haber ido a lo de Tulio de chico…era otro mundo. Ir a la playa de Galván de chicos nos daba una visión totalmente diferente…
–¿Ahí nació tu amor por el agua?
–Estoy en contra de las explicaciones que tienen que ver con lo genético. Lo que recuerdo es que en 1º grado dibujaba todos los días del año el mismo barco en el agua, cambiándole el paisaje de fondo. Tenía un tío que me llevó al mar de chico y desde ahí siempre estuve conectado. Percibo al agua como mi lugar y mido las horas en base a eso. Me apasiona mucho y casi el 80% de mis navegaciones las he hecho en solitario.
–Volviendo al club, ¿cómo sobrellevan todo lo que genera la pandemia?
–En el Naútico tuvimos muchos períodos dentro de este contexto. En este año y medio pudimos hacer muchas obras, inaugurar el muelle nuevo, tareas de mantenimiento importantes y terminar la cantina nueva, con la idea que se convierta en un restaurante abierto al público. Todo esto se pudo lograr a partir del apoyo del Consorcio del Puerto, con el que estamos trabajando en fomentar el turismo y nuevos espacios para la comunidad.
“Obviamente que la realidad nos pega, tenemos compromisos asumidos y cursos por completar, aunque hemos podido sumar socios nuevos en actividades puntuales. Pudimos ampliar nuestros espacio y, en definitiva, nuestra gestión apunta a interactuar con sus socios, pero además a tener alternativas vinculadas al mar con el resto de la comunidad”, cerró Liberman.