Luego de llevar a cabo la remodelación del tradicional edificio donde funcionaba el Bar Americano, la arquitecta Gabriela Bartolomé ofreció detalles de las tareas ejecutadas en el inmueble de calle Belgrano, donde el gremio Urgara trasladó sus oficinas, en el capítulo 142º de IngenieroWhite.Com, en La Brújula 24.
“El proyecto comenzó hace 5 años y culminó hace 15 días con la inauguración. Estamos muy contentos junto a todo el equipo de trabajo por el apoyo que tuvimos de Urgara para recuperar el Bar Americano. Si bien ellos necesitaban un espacio nuevo, hubiera sido mucho más fácil y menos costoso tirar abajo el salón y no recuperarlo”, destacó Gabriela.
–¿Cómo surgió el contacto con la gente del gremio para llevar a cabo las tareas?
–Ellos están arraigados a Ingeniero White y tomaron muy bien la idea de recuperar el lugar. Además, tienen una estrecha relación con los dueños anteriores y eso hizo todo más fácil. Es un sector que se está levantando, teniendo en cuenta que cuando nosotros empezamos las obras, el proyecto de Guillermo Torres todavía no había comenzado. Es una zona que tiene que seguir revitalizándose.
–¿En qué consistieron los trabajos efectuados en el Bar Americano?
–Hubo que hacer la capa aisladora, reforzar los cimientos del salón y demoler el resto. Las paredes y la fachada quedaron como las originales, aunque hubo que hacer un reacondicionamiento estructural. Las molduras se hicieron prácticamente nuevas, gracias a la tarea perfecta del Ingeniero Petroni. Y además, en la parte de atrás se tuvieron que hacer una serie de pilotes para sostener las oficinas de Urgara. Hubo un trabajo estructural importante.
–¿Qué respuestas o mensajes te han llegado de la gente que se acercó al lugar?
–La gente está muy contenta, nos cuenta anécdotas y un poco es lo que se quería lograr, no perder la identidad. El edificio no tiene un gran valor arquitectónico, pero sí histórico. Es un lugar muy importante para el whitense.
Su vínculo con Ingeniero White
“Más allá de la afinidad y el vínculo que uno tiene, yo amo a White. Hay que saber mirar y estar en los detalles. Caminando uno encuentra muchas casas, edificios, viviendas de chapa y madera que hay que recuperar y revitalizar. Hay muchas empresas locales que quieren invertir arquitectónica y urbanísticamente en la localidad”, apuntó.
“En White hay edificios emblemáticos como FerroWhite, la usina, el puerto, o ahora mismo con la apertura de la Cantina Royal. Son emprendimientos que apuntan a traer a la gente de afuera aprovechando los espacios fantásticos con los que contamos y que, por ordenanza, se paga solo el 30% del derecho de construcción en Ingeniero White”, agregó.
“¿Cómo lo veo a White? Cuando volví de estudiar lo encontré un poco gris, pero ahora lo veo cada vez mejor. Tengo recuerdos del cuartel, junto a mi padre Orlando, del casino de los bomberos. Me encanta ir a White y encontrarme con gente conocida. No hay que olvidarse de las raíces y seguir apostando por recuperar los edificios valiosos que hay en White”, cerró.