La industria naval es una de las actividades productivas más antiguas del país, remontándose sus orígenes al siglo XVI, con la llegada de los primeros exploradores y conquistadores.
El 12 de septiembre de 1961, el presidente Dr. Arturo Frondizi, firmaba el decreto que establecía un nuevo plan de renovación y expansión de la empresa estatal, ELMA, Empresa Líneas Marítimas Argentinas, por entonces bajo la conducción del Contraalmirante Esteverena.
Corría el año 1961 y Arturo Frondizi presidía la Argentina. El impulso desarrollista había logrado delinear los esfuerzos que debían llevar al país a un sitial destacado entre los productores industrializados del mundo. La industria naval, industria de industrias, debía crecer en armonía con la producción del hierro y acero nacionales. El comercio marítimo debía estar atendido por el Estado Nacional.
Los barcos de bandera argentina argentina transportaban casi 8 millones de toneladas en sus bodegas. La flota de buques tanque de segunda mano se incrementaba sin cesar, incorporando unidades a la bandera. El transporte de cabotaje de hidrocarburos coincidía con el plan desarrollista del petróleo argentino.
La Empresa Líneas Marítimas Argentinas (ELMA) presidida por el Contraalmirante Horacio Esteverena, que había recibido su primer barco nuevo ese año, el “Lago Nahuel Huapi” encargado a un astillero de la ex Yugoslavia, y ordenaba la construcción de un nuevo barco de pasajeros a España, el “33 Orientales”.
El 12 de septiembre de 1961, el Contraalmirante Esteverena, acompañado por un Directorio integrado por navieros notables de la época, logró la firma por parte del Poder Ejecutivo Nacional de un decreto en el cual se establecía un nuevo plan de renovación y expansión de la empresa estatal.
El llamado Plan Esteverena consistía en dos etapas. En la primera, se encargarían buques en el exterior y en la segunda se encargarían buques exclusivamente a astilleros nacionales. Este plan sentaba las bases políticas de largo plazo para el desarrollo de la Industria Naval de nuestro país.
El contrato inicial de construcciones nacionales de ELMA fue firmado con Astilleros y Fábricas Navales del Estado (AFNE, ahora Astillero Río Santiago) y el primer y único buque que surgió de este plan fue el “Almirante Stewart”. Esteverena falleció al día siguiente de firmar el contrato en un accidente de aviación en Brasil.
El gran impulso a la industria naval nacional que dio este plan de desarrollo fue tomado como paradigma y es así que el 12 de septiembre se lo recuerda como el Día de la Industria Naval. (ABIN/NUESTROMAR)