La serie, filmada con exquisitas texturas y que descubre imágenes insospechadas del país, atraviesa poblados y zonas de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy, para finalizar en Bolivia, lugares donde el creador de Arco Iris descubre comidas, quehaceres, oficios y reflexiones de distintos pobladores.
La miniserie, con un notable trabajo de imagen y de sonido y que ofrece también una bellísima banda sonora, se verá a partir de mañana a las 21 por Canal Encuentro, con emisiones todos los viernes y repeticiones (sábados a las 15; domingos a las 20, lunes a las 15.30 y martes a las 11) y el martes 20 a las 19.30 tendrá su estreno por la Televisión Pública, donde se verá a lo largo de cuatro días sucesivos (miércoles 21, jueves 22 y viernes 23).
“La idea de la miniserie fue siempre la de lograr algo muy sensorial, no queríamos hacer el magazine con el protagonismo del tipo que muestra todo ni tampoco algo puramente informativo y explicativo sino que buscamos un lenguaje diferente que nos permitiera entrar bien adentro de las situaciones y que como espectador te coloque en un lugar diferente”, cuenta Santaolalla en charla telefónica con Télam desde Los Angeles, días antes del estreno del envío.
“De algún modo -agrega- buscamos que al que lo ve le den ganas de ir a esos lugares y conectarse con esa gente, que la cámara pudiera captar la imponencia de esos paisajes de los Andes, algunos a 4000 metros de altura y mostrar también la realidad de los pobladores originarios que tienen una relación muy diferente a la nuestra y mucho más sabia con el hábitat y el territorio que habitan”.
Dividido en cuatro capítulos de media hora, el primer envío abarca las provincias de Mendoza, San Juan y La Rioja, visitando Uspallata y Ranchillos en la primera; el Parque Nacional San Guillermo, una reserva de biósfera de 170.000 héctáreas, en la segunda; y Pampa Real en la tercera provincia.
El recorrido está marcado por el Camino Real de los Incas que conectaba todo el imperio, era recorrido por los chasquis y que atraviesa Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Colombia y Ecuador.
En el segundo capítulo, la miniserie se adentra en Catamarca, visitando el sitio arqueológico del Pucará de Aconquija y el Shincal, además de caminar en la procesión del Niño de Gualco.
En el tercer capítulo se viaja por la provincia de Tucumán, recorriendo las increíbles ruinas de los Quilmes y luego se pasa a Salta, visitando el Potrero de Payogasta, que fue un centro administrativo del imperio Inca, en los valles Calchaquíes, y también la bella Santa Rosa de Tastil.
Hornaditas, Hornacal y Santa Ana en Jujuy y un final en La Paz junto al presidente boliviano, Evo Morales, marcan el recorrido del último envío.
Productor de referencia del rock alternativo latinoamericano entre mediados de los 90 y los primeros años del 2000, Santaolalla acompaña todo el camino con una inestimable banda sonora compuesta por él, un rubro con el que ganó dos Oscar de la Academia de Hollywood (“Secretos en la montaña” y “Babel”) y que maneja como pocos en su capacidad de sensibilizar y acercar un paisaje y un territorio.
“La música se compone del camino y nació especialmente para el proyecto, además de que utilicé cosas que había grabado en un disco el año último y algo que hice para un documental del Tibet que es también una civilización de altura; la musicialización fue clave para cada lugar y cada situación pero también todo lo sonoro que tienen los cuatro documentales, la utilizacion de los ruidos, sonidos ambientes fue algo que acumulamos como tesoros”, detalla quien fuera uno de los nombres de referencia del primer rock nacional con Arco Iris.
“Todo el trabajo -agrega- tiene una cualidad sensorial y corporal al mismo tiempo que algo muy espiritual, sobre todo en la relación de ellos entablan con la naturaleza y el mundo, que es muy potente”.
Productor y artista de “De Ushuahia a La Quiaca”, el maravilloso viaje musical y cultural que realizó con León Gieco a mediados de los 80, Santaolalla dice que en “Qhapaq Ñan…” “reverbera algo de ese proyecto”.
“Sobre todo -señala- esa cosa de ir detrás de algo que trasciende los lugares a los que llegás y que está relacionado con la búsqueda interior; algo que es icónico en la historia de los hombres y que va desde el Qhapaq Ñan al ‘On the Road’ de Jack Kerouac o el ‘Ushuaia a La Quiaca’, que son los lugares interiores a los que te lleva ese camino que estás haciendo”.
Fuente: Télam.