A 35 años de una de las mayores tragedias que vivió nuestra localidad, como significó la explosión del Elevador 5, el capítulo 829 de IngenieroWhite.Com, emitido por La Brújula 24, revivió los recuerdos de aquel 13 de marzo de 1985 en la voz de Rubén Santos, uno de los testigos presenciales del siniestro.
“Uno recuerda muchas cosas, los compañeros fallecidos. Se ha dicho de todo, pero estoy seguro que al polvillo lo ayudaron con otra cosa para que esto ocurra”, fue lo primero que remarcó.
–¿En qué lugar lo encontró el momento de la explosión?
–Estaba como chofer de la ambulancia y mirando el elevador. Normalmente, lo que yo hacía en la Junta era esperar a que se apaguen las luces de los volquetes; esa era la señal de que el día estaba terminado.
–¿Y esa noche cómo fue?
–Estaba mirando al elevador 5, cuando veo que empieza a explotar y fuego, fuego, fuego. Cuando explotó el último volquete parecía una bomba atómica. Una cosa aterradora. Cuando el ruido empezó a parar, fui con la enfermera María Coral al lugar y los muchachos venían corriendo. Nos arrimamos y empezamos a llevarlos al Hospital de White. Estaban quemados, pero en ese momento no sabíamos qué tan grave eran las cosas.
“Yo soy fanático de la Junta y la gente era muy conciente. No niego que haya polvillo, pero al polvillo lo ayudaron. El elevador le hacía sombra a Rosario, Santa Fe y Buenos Aires. Había que hacerlo desaparecer y para eso era necesario que muera mucha gente”, apuntó.
–¿Qué le genera revivir todo lo que pasó esa noche?
–Yo lo cuento siempre y cada vez que lo hago siento como un alivio. Me hace bien contarlo. No me marcó, ni me afectó, pero es un recuerdo que está siempre latente. Estoy orgulloso de haber hecho lo que hice. Incluso, me tocó reconocer algunos cuerpos y tuve la valentía para hacerlo.
“Yo vivía a 4 cuadras de la Junta y cuando pasé con la ambulancia mi familia supo que yo estaba bien. White era un caos y los días siguientes seguíamos trabajando para buscar a los muchachos que faltaban. Prácticamente ni dormíamos y yo estuve como 6 meses sin trabajar de noche”, profundizó.
–¿Cómo vivió este 35º aniversario?
–Estuve 23 años en la Junta y hoy me encontré con muchos amigos de esa época. En ese tiempo, éramos pibes y ahora somos unos viejos de 70 años que estamos para contarlo. Esa época uno quería trabajar y todo el mundo estaba contento. White estaba lleno de gente. Como ahora estoy mucho tiempo en el campo, a White vengo poco. Pero es imposible olvidarlo.