Luego de varios años de inacción o bien de no publicación de las mediciones supuestamente practicadas, la realidad indica que se torna necesario duplicar esfuerzos para evitar elevadas concentraciones de bacterias de origen fecal, provenientes de los cursos de agua dulce, en determinadas zonas del estuario.
Hasta ahora apenas un cartel en el partidor del Parque de Mayo advierte sobre la presencia de aguas contaminadas y prohíbe los baños, pero desde hace mucho tiempo no se conocen mediciones municipales sobre el grado de contaminación de ese curso de agua ni de otros ubicados en el distrito.
Para intentar echar un poco de luz sobre el asunto se debe recurrir a un estudio realizado el año pasado, pero dado a conocer recientemente, por las investigadoras de la Universidad Nacional del Sur María Eugenia Streitenberger y Mónica Diana Baldini.
El informe concluyó en la existencia de zonas del estuario donde el problema es severo y destacó la importancia de incluir en los estudios de rutina el aporte de los ríos y arroyos que desaguan en las aguas marítimas locales.
“A partir de los resultados ha quedado en evidencia que aun cuando las plantas de tratamiento de efluentes trabajen correctamente, el problema va a persistir si no se controlan los volcados cloacales ilegales que llegan a través de cursos de agua dulce”, concluyeron las investigadoras del Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de la UNS.
Señalaron que la situación requiere optimizar el tratamiento de líquidos cloacales y controlar los volcados clandestinos, principalmente al Maldonado, que ha sido señalado por el análisis de varianza como el más contaminante y que además desagua en una zona del estuario con una baja renovación de agua y que por lo tanto presenta una alta fragilidad.
“Si bien el análisis de varianza no detectó diferencias significativas entre el arroyo Napostá, el río Sauce Chico y el arroyo Saladillo de García, las medias geométricas obtenidas en el primero ponen en evidencia una contaminante importante, incluyendo la presencia de Salmonella spp”, agregaron las profesionales.
También destacaron que el arroyo Napostá llega al estuario en una zona más externa donde el influjo oceánico es mayor, con lo que se logra una mejor dilución de los contaminantes, y señalaron que para el futuro se esperan escenarios de mayor carga contaminante de efluentes a causa de un incremento en el plano demográfico y de la actividad industrial.
“El potencial impacto de estas actividades generará sobre el recurso una importante contaminación multicausal, que deberá ser atendida por los distintos niveles responsables de la administración del agua. Estas instancias deberán implementar los criterios de manejo y las políticas de sustentabilidad que se consideren efectivas y necesarias”.
Planta de ABSA
“A pesar de que en el último año entró en régimen legal y los resultados de los análisis bacteriológicos a la del efluente (Canal Maldonado) cumplieron con la reglamentación vigente, los valores del indicador de contaminación fecal, en la zona cercana al Balneario Maldonado, se mantuvieron muy altos. Esto sugirió la existencia de alguna otra fuente de contaminación fecal que afectaba la zona y planteó la necesidad de ponerla en evidencia”, se indicó.
El trabajo apuntó a determinar el estado sanitario de los principales afluentes que recibe el estuario de Bahía Blanca, a través del estudio de poblaciones de bacterias heterótrofas mesófilas aerobias, de Escherichia coli y de Salmonella spp, así como establecer el impacto de las mismas sobre el estuario.
Entre los meses de agosto de 2013 y mayo de 2015 se realizaron estos muestreos mensuales en las desembocaduras de los cursos naturales de agua dulce que descargan en el estuario: los citados Saladillo de García; río Sauce Chico y arroyo Napostá; y en el Canal Maldonado.
Más precisiones sobre los resultados de la investigación
Medias. Las medias geométricas de Escherichia coli (EC) del arroyo Saladillo de García y del río Sauce Chico fueron muy similares, con valores de 510 y 550 UFC (Unidades Formadoras de Colonia por 100 mililitro), respectivamente. La media geométrica en el arroyo Napostá fue de 5100 UFC/100 mL y en el canal Maldonado de 23 000 UFC/100 mL.
Fluctuaciones. Las autoras señalaron que las elevadas concentraciones de EC en estos dos últimos cursos podrían ser un reflejo de los volcados cloacales clandestinos que reciben a lo largo de sus recorridos, ya que atraviesan la ciudad de Bahía Blanca. En el caso particular del Canal Maldonado se evidenciaron grandes fluctuaciones en los recuentos, con mínimos de 1100 y máximos de 7.5 × 106 UFC/100 mL.
Diferencias significativas en el Canal
Indicadores. El análisis de varianza puso en evidencia diferencias significativas entre los sitios muestreados tanto para EC como para bacterias heterótrofas mesófilas aerobias (BH). Se vio que las diferencias significativas detectadas para ambos indicadores correspondían al Canal Maldonado. En los otros tres sitios no se pudo afirmar que la contaminación difiriera significativamente.
Salmonella. Se detectó la presencia de la peligrosa Salmonella spp. en el 50 % de las muestras del Canal Maldonado y en el 45 % (10/22) del arroyo Napostá. Debido a que ambos cursos atraviesan la ciudad de Bahía Blanca, se considera que el origen de Salmonella es humano, a través de efluentes cloacales clandestinos. (Por Adrián Luciani; La Nueva)