Es muy tentador suponer que el anuncio de que hay agua en estado líquido en la superficie de Marte significa una nueva era en las exploraciones marcianas, estima National Geographics en su página web. Podríamos pensar que los primeros exploradores humanos que estacionen en Marte junto a un arroyo de agua salada van a poder usarla para fabricar agua potable.
Tal vez hasta podrían encontrar vida entre los intersticios húmedos del planeta, áreas donde el planeta rojo podría crear microbios.
La realidad tiene muchas más sutilezas que eso. Descubrir agua no es lo mismo que descubrir vida. Por el momento, los científicos no saben de dónde viene esa agua, o si la química de esas filtraciones permite vida. Y lamentablemente es posible que pase mucho tiempo antes de que podamos llegar allí para comprobarlo.
Esto es lo que saben los científicos: los análisis han confirmado que manchas misteriosas que aparecen en el verano en las laderas del planeta son producidas por agua líquida: agua salada, tal vez capaz de sostener reacciones químicas e incluso vida.
Esas manchas acuosas oscuras son hermosas cuando se ven las fotografías tomadas por el reconocimiento HiRISE. Pero no representan más que un hilo de agua.
Es posible que sean alimentadas por algún tipo de acuífero subterráneo, o un campo de hielo enterrado que se derrite en clima cálido y envía agua derretida ladera abajo.
Aunque está dentro del ámbito de las posibilidades, no sabemos que haya hielo enterrado debajo de la superficie marciana, dice National Geographic, esos escenarios no son tan probables como los que prefieren los científicos: el agua viene de la atmósfera. Si eso es cierto, será un recurso mucho más difícil de aprovechar. ¿Pero como podría el agua de la atmósfera formar esos hilos de agua oscuros? En Marte, como en la tierra, las sales sobre la superficie pueden absorber vapor de agua atmosférico y atraparlo en sus estructuras de cristales. Luego, cuando esos cristales se calientan se disuelven. Toda la mezcla líquida se vence ante la fuerza de gravedad y se pone en marcha ladera abajo.
En el súper seco desierto de Atacama de Chile este mismo tipo de sistema, llamado delicuescencia, es la clave para soportar vida extrema, dice el astrobiólogo de la NASA, Chris McKey.
Pero no hay garantía de que esto esté ocurriendo en Marte. McKay advierte que el tipo de sales que se encuentras cercanas a las corrientes de Marte, llamadas percloratos, forman diferentes mezclas acuosas que las sales que acostumbramos a ver en la tierra. En realidad, es posible que las corrientes de perclorato podrían comportarse de forma similar al Lago Don Juan de la Antártida, que es el líquido más salado de la tierra y totalmente muerto.
“Esa agua salada no es adecuada para la vida y no es de interés biológico”, dice McKay. “Nada puede vivir en el lago Don Juan”.
Seguir la ruta del agua
Entonces, hilo de de agua generados por humedad atmosférica podría no ser el agua más conveniente para colonizadores terrícolas y tal vez tampoco el habitat ideal para microbios marcianos, pero de todos modos vale la pena averiguarlo.
Lo que se sabe hasta ahora, y sobre el único ejemplo de la tierra, es que la vida suele aparecer allí donde hay agua. Por eso es que la búsqueda de la NASA en otros planetas ha sido movida siempre por el mantra “Siga el agua”.
Pero lo curioso es que en este caso la NASA no puede seguir la ruta del agua. Al menos no todavía.
Enviar una nave espacial a un área donde el agua líquida fluye es demasiado arriesgado, advierte la Oficina de Protección Planetaria de la NASA. Habría antes que declarar las zonas donde hay agua como ·”regiones especiales”, o sea una zona donde las naves espaciales pueden hacer pie solo después de una profunda limpieza y esterilización, dice Ernst Hauber del Centro Aeroespacial Alemán.
Si los microbios trasladados pudieran sobrevivir el viaje a Marte y encontrarse en un baño salado, es posible que puedan afincarse y contaminar a todo el planeta rojo. Ese escenario no sólo complicaría cualquier futura detección de vida en marte sino también introducir un posible desastre. Nosotros somos especialistas en acelerar la difusión de especias invasoras en la Tierra.
Por eso hace falta mucha cautela.
Fuente: Mercado.