La teoría económica predice que tras una devaluación se reconfigura el mapa de sectores ganadores y perdedores. La actividad turística, en general, se ubica dentro del primer grupo.
Por un lado, un tipo de cambio alto atrae a los turistas extranjeros, cuya moneda fortalecida les significa un mayor poder de compra de productos y servicios en pesos. Por esa misma razón, pero a la inversa, a los argentinos les cuesta más planificar un viaje en moneda extranjera y comienzan a prestarle atención a destinos dentro del país.
El presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Aldo Elías, reflexiona: “En realidad, frente a una devaluación, todos los sectores son perdedores, porque se genera una inestabilidad y distorsión de precios. Es una oportunidad para aumentar el turismo receptivo, pero no quiere decir que necesariamente el sector turístico vaya a ganar”.
El caso de las agencias de viaje es bastante representativo al respecto. Existen alrededor de 5500 agencias en el país, por lo que es difícil plantear si se vieron beneficiadas o no a partir del salto del tipo de cambio.
Gustavo Hani, el presidente de la Federación Argentina de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVyT), explica que, si bien el impacto puede ser negativo en la mayoría de las agencias dedicadas únicamente al turismo emisivo, el target de los clientes con los que operan es de ingresos altos y no resignan los viajes al exterior. Agrega: “Las más afectadas quizás sean las que tengan mucha oferta a Brasil porque, en general, el tipo de cliente tiene un poder adquisitivo menor”.
El primer impacto de la devaluación
Si bien los resultados de la Encuesta de Turismo Internacional (ETI), que publica mensualmente el Indec, arrojaron la marca más alta de llegada de extranjeros para septiembre en los últimos seis años; dueños de agencias y operadores de turismo coinciden en que el impacto real de la devaluación, en lo que a arribos internacionales se refiere, se podrá ver reflejado recién hacia el año que viene.
“El europeo o norteamericano es muy previsor y planea el viaje con un año de anticipación. Estamos recibiendo muchas consultas para el año que viene”, revela Silvina Gómez, dueña de la agencia receptiva Conextur.
El impacto de la inestabilidad y el salto cambiario de los últimos meses, sí fue inmediato para las ciudades fronterizas como Mendoza, Misiones y Formosa.
“Hasta hace unos meses, la imagen de los fines de semana largo era la de una cola de autos cruzando a Santiago de Chile. Hoy, esa situación se revierte y la buena noticia es que es un turista que no se limita a un viaje de compras, sino que aprovecha para disfrutar de la gastronomía y hacer excursionesen el país”, ilustra Elías.
La ETI corroboró esta tendencia: en septiembre, aumentaron un 29% los arribos desde Chile por todos los aeropuertos del país, muy por encima de los aumentos registrados desde Estados Unidos y Canadá (16%) y Europa (8,2%). Patricia Duran Vaca, fundadora de la operadora de turismo receptivo mayorista Cuenca del Plata en Misiones, ya observa un incremento de un 12% de turistas last minute en Iguazú, aquellos viajeros poco previsores, que en general son latinoamericanos.
En cambio, los gastos de viajeros que partieron desde Ezeiza y Aeroparque, disminuyeron en un 7,4% en el tercer trimestre de 2018 respecto al mismo periodo del año anterior. Las empresas aseguran que la mayoría de los viajeros volando hoy son pasajeros que compraron los pasajes previo a la devaluación, por eso el ajuste se hace más que nada en los gastos que se realizan fuera de la frontera del país.
La ETI corroboró un aumento del 29% de los arribos desde Chile por todos los aeropuertos del país, muy por encima de los aumentos registrados desde Estados Unidos y Canadá (16%) y Europa (8,2%). También se observa un incremento de un 12% de turistas last minute en Iguazú.
Complementariamente, Juan Carlos Chervatin, presidente de la operadora Consult House y profesor de la UBA, adelanta que las ventas de paquetes al exterior cayeron en un 50% a partir de octubre.
Hani agrega que el peor escenario es cuando el dólar está inestable diariamente: “Una vez que se estabiliza, la gente vuelve a pensar en viajar. Los cuatro meses de inestabilidad significaron un parate en las compras a todo nivel”.
El desafío para el turismo interno
En la teoría, la ecuación cierra perfecto a favor del turismo interno. Sin embargo, las últimas dos grandes devaluaciones que hubieron en Argentina previas al 2018, mostraron resultados diversos en cuanto al turismo receptivo.
El tipo de cambio parece no ser es el único determinante a la hora de traccionar la actividad, que cuenta con nuevos desafíos en este escenario. Asimismo, los referentes del sector coinciden en tres determinantes importantes a la hora de evaluar el impacto que puede tener la devaluación en la dinámica.
Competitividad
“La preocupación más grande está en que la inflación no se coma el efecto del dólar alto”, garantiza Duran Vaca.
Desde la CAT, tienen malos recuerdos del 2016, cuando la inflación absorbió la devaluación del peso que se realizó a fines de 2015, apenas asumió Mauricio Macri. El resultado: dólar alto a precios caros, tanto para extranjeros como para nacionales, y un mal momento para el sector.
Los ojos están puestos sobre la Costa Atlántica que, en general, cuenta con precios elevados en la temporada enero-febrero. Para poder sostener esta situación, el sector privado firmó un convenio voluntario con la Subsecretaría de Turismo de la Provincia de Buenos Aires, a fin de mantener el aumento de tarifas en alrededor de un 30% con respecto al año pasado.
La idea es que haya un aumento de precios acorde a la inflación y no a la devaluación. “Nosotros necesitamos trabajar y, si trasladamos todo a precios, la devaluación no es sostenible”, explica el presidente de FAEVyT.
De acuerdo a los referentes del sector, no hubo un traslado de precios más allá de los aumentos de costos. Aldo Elías insiste en que, para poder mantener ese acuerdo, debería haber una baja de la presión impositiva, con foco en el de Ingresos Brutos.
Actividad económica y consumo
En el mismo sentido, la limitación al aumento de precios sirve para preservar también al turista interno. Desde el sector privado insisten en que, si el país no logra salir de la crisis económica, no se puede pensar que el turismo pueda despegarse de esta situación.
“Las perspectivas del negocio son las que hay con respecto a la economía en general. Hay una caída de demanda en el comercio en general y eso es algo que afecta sí o sí al turismo. Si el comercio no vende, los comerciantes no van a tener dinero para ir de vacaciones ni dentro ni fuera del país”, determina Chervatin.
Situación brasileña
Nuestro vecino es el país de mayor participación en el turismo receptivo: significa alrededor de un cuarto del total de turistas que ingresan por vía aérea al país.
En este sentido, el impacto positivo que la suba del tipo de cambio puede tener en el sector en términos de ingreso de turistas extranjeros, también podría verse limitado por la situación de la economía brasilera.
En términos generales, los referentes del sector coinciden a la hora de nombrar destinos que se verán beneficiados para la temporada: Bariloche, Mendoza, Iguazú y el NOA, con la Costa Atlántica como motor de turismo veraniego.
Los destinos emisivos más afectados podrían ser Brasil y Uruguay. Si bien Punta del Este tiene un target de viajeros con gran poder adquisitivo, el nivel de reservas con el que cuenta Pinamar indica que el destino puede haber absorbido parte del turismo que tradicionalmente veranea en las playas uruguayas.
Fuente: Cronista.