Al igual que una década atrás, cuando se decidieron obras importantes como la Tercera Posta de Inflamables, el puerto de Bahía Blanca volverá a contar con un plan estratégico destinado a potenciar su crecimiento en el mediano y largo plazo, buscando al mismo tiempo generar nuevas áreas de negocios y afianzar su relación con la ciudad.
La idea de profundizar las acciones de planeamiento fue adelantada a este diario por el ingeniero Pablo Pussetto, quien desde el martes 12 de abril ocupa la presidencia del Consorcio de Gestión en reemplazo del contador Hugo Antonio Borelli.
–¿Existen posibilidades de bajar costos y ampliar el área de influencia del puerto local para capturar nuevas cargas y generar mayor actividad económica?
–Obviamente que la mejora anunciada para la ruta 33 y la autovía en la 3 son dos excelentes noticias para el puerto. La 33 nos conecta con la zona núcleo de producción agrícola del país y la 3 es otra ruta fundamental. Esperemos que se concreten también las mejoras en los accesos portuarios, hoy hay varios tramos en malas condiciones y son cuestiones que debemos encontrar la forma de resolver mediante un trabajo conjunto con los gobiernos nacional y provincial.
–Normalmente se alude a los aspectos positivos que posee nuestro puerto y muy poco a sus defectos. ¿Qué tiene para decir en cuanto a esos puntos oscuros?
–Como en cualquier organización hay partes mejores y otras para mejorar. Existen muchos elementos para sentirse orgullosos del puerto y si uno mira los de la provincia este es un modelo cuya conformación en el Consorcio ha sido seguida por puertos del extranjero.
–Nuestra región está alejada de la zona núcleo de producción agrícola y los puertos del Paraná tienen ventaja comparativa, limitando al nuestro a completar los buques que no pueden cargarse a tope por la falta de dragado en el Paraná. ¿Ingeniero White debe circunscribirse a ese rol?
–En absoluto, tenemos que ver si la infraestructura del puerto nos permite hacer barcos completos y no solo completar los del Paraná. Quizás una línea a trabajar consista en lograr achicar la distancia, no física pero sí económica, con el Paraná.
–Heredó la dirección de un puerto con grandes obras hechas, por caso el dragado de ensanche y profundización del canal principal, nuevos espacios con tierras ganadas al mar, etc. ¿Existe alguna obra que considere imprescindible para encarar durante su gestión?
–Cualquier iniciativa lleva bastante tiempo, estamos hablando de períodos de 24 a 36 meses. Entonces, ese planeamiento estratégico que se hizo años atrás tuvo sus frutos, por ejemplo el proyecto de la nueva Posta de Inflamables (en la zona de Galván), que junto al muelle multipropósito va a ser una nueva área de posibles negocios.
–Si Dow termina decidiendo realizar la megainversión de la que tanto se habla en el Polo Petroquímico seguramente aparecerá una importante posibilidad de lograr mayores cargas por el puerto. ¿Esto los obligará a estar preparados?
–El proyecto de Dow, que es más a mediano plazo, resulta muy atractivo para la ciudad y la región y, obviamente, el puerto tiene que ir entendiendo qué necesidades tiene un proyecto de esa magnitud para ir capturando la carga necesaria. Esto pasó con Vale hasta que quedó trunco, pero creo que uno tiene que estar atento y salir a buscar oportunidades.
–En 2011, cuando YPF pensó instalar una planta de regasificación de GNL en Cerri se originó un arduo debate sobre si el puerto debía crecer hacia la zona interior del estuario o en dirección a Punta Alta. ¿Le han acercado algún informe o existe alguna decisión tomada?
–No me han acercado nada sobre el tema, pero uno tiene que planificar lo territorial y ver hasta qué punto es mejor una opción u otra. Apoyarse en criterios técnicos pasa por tener presente a la comunidad, pero por otro lado creo que hay que tener una visión sobre qué quiere Bahía Blanca para su futuro. Si uno compara con otras ciudades, Bahía creció mucho menos y debe tener claro hacia qué dirección quiere apostar su crecimiento.
–¿Cuál es su visión sobre la necesidad de estrechar el vínculo existente entre el puerto y la comunidad?
–Se ha venido haciendo mucho y es una línea que hay que profundizar. Soy un convencido que la configuración de Bahía Blanca sería muy distinta si no existiera el puerto porque hay actividades económicas que no se hubiesen instalado y obviamente la actividad económica es la que mejora el bienestar de los que vivimos acá.
–¿Qué idea tiene del Frente Costero y la ex usina San Martín (El Castillo)?
–Antes de opinar quisiera entender mejor sobre esas iniciativas porque son temas bastante sensibles. Obviamente la vieja usina es un ícono whitense y su puesta en valor sería interesante para el puerto. El acervo histórico es una de las cuestiones sobre las que también hay que hacer foco.
–¿Y la pesca?
–Es un tema delicado porque la disponibilidad del recurso también es limitada en la zona y tampoco el tamaño de la actividad por sí misma ha ganado una escala lo suficientemente grande como para que sea competitiva, por eso hay que analizar el sector y ver qué posibilidades tiene de crecimiento.
Por Adrián Luciani para LNP.