Con el apoyo de una parte de peronismo, Cambiemos se aprestaba a convertir en ley esta madrugada el Presupuesto 2019 en una maratónica sesión en la que también se debatían la adenda al consenso fiscal, cambios en ganancias y el proyecto de bienes personales -que como se aprobará con cambios deberá retornar a Diputados-.
El oficialismo necesita 37 votos para que el Presupuesto pueda convertirse en ley. Se estima que a sus 25 propios -aún estaba en duda si acompañaba el senador santacruceño Eduardo Costa, quien no dio quórum al inicio de la sesión-, se sumarán algunos votos del Bloque justicialista encabezado por Miguel Ángel Pichetto; José Luis Romero, Carlos Reutemann, la salteña Cristina Fiore Viñuales, los neuquinos Lucila Crexell y Guillermo Pereyra y los misioneros Maurice Closs y Magdalena Solari.
El proyecto de Presupuesto 2019 del Ejecutivo plantea un ajuste de más de $ 400.000 millones, contempla un gasto total de más de $ 4 billones, una inflación interanual del 23%, una caída de la economía del 0,5% y un dólar a $ 40,10, mientras que los servicios de deuda aumentarán 48,8% respecto de este año.
La sesión comenzó pasadas las 14.30 y antes de que se iniciara el debate formal del presupuesto el senador justiciaslista José Mayans pidió una cuestión de privilegio para denunciar que “por instrucción” del ministro del Interior Rogelio Frigerio se convocó a una sesión especial, en lugar de una ordinaria que hubiese permitido incluir el proyecto del Fondo Sojero, excluido en el temario.
El senador recordó que el despacho de la Bicameral de Trámite Legislativo tenía preferencia para ser tratado en esta sesión y lanzó: “faltamos a nuestra palabra, no tenemos palabra, tendríamos que haber tratado el Fondo Sojero”.
También, calificó a la eliminación del fondo de la soja de “rapiña” por parte del Estado nacional y reclamó su “inmediato tratamiento por el bien de las provincias”. El pedido sería retomado más tarde por el jujeño Snopek y el santafesino Omar Perotti.
El titular de la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara alta, Esteban Bullrich, fue el encargado de abrir el debate como miembro informante. Destacó que el Presupuesto 2019 favorece el “ahorro” al trazar los objetivos de “déficit cero y equilibrio fiscal” y advirtió
que “la inflación no es gratis, también es usar lo ajeno”.
El jefe del bloque del Frente para la Victoria, Marcelo Fuentes, señaló que todo el proyecto de Cambiemos “implica ajuste” y explicó que la política del oficialismo se traduce en “deuda, más deuda, más transferencia de ingresos” de los sectores bajos a los altos.
“Tenemos el derecho de que esta ley no salga y tenemos la obligación como representantes de un sector que nos votó de ser coherentes. Todas las medidas tomadas por este Gobierno tienen por objeto la generación de ganancias excesivas para un mismo bloque de poder”, reiteró.
En tanto, la legisladora puntana María Eugenia Catalfamo se mostró entristecida por estar discutiendo un presupuesto que “de argentino y popular no tiene nada”. “Este presupuesto se encuentra desfasado de la realidad que viven los argentinos todos los días”, expresó la senadora que adelantó su voto negativo y recordó que este Gobierno “jamás pudo cumplir las proyecciones que se puso como meta”.
En tanto, el senador entrerriano por Cambiemos Alfredo De Angeli consideró que el proyecto enviado por el Ejecutivo y que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados es “austero y equilibrado”. “Hay que respaldarlo. Los argentinos tenemos que aprender a vivir con los nuestro”, expresó.
El senador justicialista Mayans, a su turno, expresó: “estamos tratando el presupuesto 2019 cuando el proyecto económico del Gobierno fracasó”. “¿Qué refleja este presupuesto?”, se preguntó. “Vamos a autorizar el endeudamiento más grande de la historia argentina. Ese es el punto central de este presupuesto 400 mil millones de dólares”, respondió.
“El pueblo argentino lo va a pagar con menor educación, menor salud, más pobreza y más indigencia”, agregó y remató: “lo que se está aprobando es el acuerdo con el FMI”.
La neuquina Lucila Crexell adelantó su voto positivo a la iniciativa oficialista y lo argumentó bajo la necesidad de mostrar “signos de madurez política”. “Es cierto que la aprobación de este presupuesto fortalece la gobernabilidad pero también se requiere credibilidad y estabilidad y el presupuesto debe ser sinónimo de previsibilidad”, dijo.
La senadora rionegrina del FpV, Silvina García Larraburu, por su parte, dijo que los legisladores “no pueden acompañar cualquier cosa y este presupuesto es cualquier cosa”. “Es imposible acompañar esta norma que atenta contra el federalismo y profundiza el ajuste sobre la salud, la educación, la producción, el trabajo, la ciencia y la tecnología”, indicó.
A su turno, el legislador jujeño Guillermo Snopek calificó el presupuesto de “netamente unitario y metropolitano” y explicó que “no tiene en cuenta a las provincias, ni contempla el desarrollo integral del país”.
La cordobesa Laura Rodríguez Machado destacó la posibilidad de poder votar un presupuesto “no deficitario”. “Siempre que se gasta más de lo que se recauda, esa diferencia alguien la paga. No es un beneficio gastar más de lo que se tiene”, expresó.
Además, valoró que “este Presupuesto tiene un especial sentido social” ya que “de cada cuatro pesos, tres están destinados a servicios sociales”.
La senadora por Mendoza del FpV Anabel Fernández Sagasti criticó el “ajuste” contenido en el presupuesto. “No habla de crecimiento ni desarrollo. Ya no hay brotes verdes, ni luz al final de túnel, ni lluvia de inversiones, ni lo peor ya pasó. Han traído un proyecto que solo habla de ajuste y de deuda”, expresó.
En tanto, la legisladora por Santa Fe, María Ángeles Sacnun, consideró que el ajuste de $ 400.000 millones contemplado en el presupuesto “puede ser aún mayor”. “Una cosa son los números analizados desde el punto de vista nominal y otra es desde el punto de vista real. Pero yo entiendo que va a ser mayor porque hay que tener en cuenta otros parámetros desde el punto de vista de la macroeconomía”, explicó a ámbito.com.
“Hay una cuestión de primer orden que atraviesa todo este presupuesto y es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, un acuerdo que se suscribió a espaldas de este Congreso y que subrepticiamente se introduce en este proyecto con el pago de los intereses de la deuda, que son una de las pocas erogaciones que aparecen que le ganan a la inflación con el 48,8%”, agregó.
El Gobierno buscaba tener aprobado el Presupuesto antes de fines noviembre con el objetivo de cerrar ese frente parlamentario como un mensaje de buena voluntad hacia el FMI y antes de la realización de la Cumbre de Líderes del G20 que se desarrollará en la Ciudad de Buenos Aires entre el 30 de este mes y el 1º de diciembre.
Fuente: Ambito