Ecológica, saludable y, sobre todo, económica. Esos son los tres pilares que convierten a la bicicleta en un medio de transporte cada vez más utilizado en las grandes ciudades. Los aumentos en las naftas y el valor de los boletos de colectivo y trenes, impulsan todavía más esa tendencia en Buenos Aires. Según reconocieron desde la Cámara Argentina de Comercio e Industria de la Bicicleta, cada vez que se repite una situación similar “aumenta la venta” de los rodados. En tanto, desde la Asociación de Ciclistas Urbanos, admiten que se ven más usuarios en las calles porteñas.
“Actualmente no tenemos cifras específicas, un porcentaje al respecto, pero tengo una bicicletería hace 35 años y puedo decir que, cada vez que aumentan los colectivos y el combustible, crece la venta de las bicicletas. Este siempre fue un medio utilizado como transporte y es por eso que hay relación directa entre una cosa y la otra. Sobre todo en ciudades como Buenos Aires, que con las bicisendas se tiene un grado de seguridad más alto”, contó a este diario Enrique Españon, secretario de la Cámara Argentina de Comercio e Industria de la Bicicleta, y agregó: “Cuando hay aumentos, se nota el impacto en nuestro rubro. Pero no sólo se vuelca el que viaja en colectivo. También por allí el que tiene una moto, por el combustible, deja de usarla y se pasa a la bicicleta. En Buenos Aires, además de haber aumentado el uso de las bicicletas públicas, aumentó el uso de las particulares”.
“Actualmente es difícil discernir entre quién usa la bicicleta por necesidad y quién por gusto, ya que la infraestructura en Buenos Aires favorece este tipo de viajes. Pero podría decir, por mi experiencia, que muchas más personas usan la bicicleta más allá del gusto, porque es una primera opción para el transporte público. En los sueldos bajos, sobre todo, la injerencia de los gastos del transporte influye mucho”, agregó Néstor Sebastián, presidente de la Asociación Ciclistas Urbanos.
Los números, en este caso, respaldan a aquellos que puedan hacerlo y decidan volcarse a la bicicleta para evitar el transporte público. “Por $5000, en promedio, se puede comprar una bicicleta de 21 velocidades, con cuadro de acero. En muchos casos, incluso se puede pagar hasta en 18 cuotas”, comentó Españón. Si se toma en cuenta el boleto mínimo (que desde ayer y hasta el 15 de septiembre cuesta $11), ir y volver del trabajo durante un año significaría un desembolso de $5280. Es decir que, en menos de doce meses, se “amortiza” la inversión en el rodado. “Lo que tiene la bicicleta es el bajo costo de mantenimiento y es un vehículo que perdura en el tiempo. Siempre vas a poder amortizarla aunque no la uses a fondo”, agregó Sebastián.
El crecimiento del uso de la bicicleta quedó en evidencia con los datos que la Secretaría de Transporte porteña difundió en julio, que informó un aumento del 59% en la cantidad de viajes realizados con Ecobici, el sistema público y gratuito del rodado. De enero a junio de 2018 se registraron 1.189.992 viajes, mientras que en el mismo período del año anterior fueron 747.948. El sistema ya cuenta con 2500 bicicletas, 200 estaciones automáticas en 20 barrios de la Ciudad y más de 286 mil usuarios registrados.
Fuente: Ambito