Ayer jueves fué un día especial para los trabajadores de los talleres Maldonado y no justamente, por festejarse el Día del Ferroviario. Muchos, se despidieron ayer de sus respectivos lugares de trabajo, teniendo en cuenta que el traspaso de la empresa Ferrobaires manos del gobierno nacional, firmado por la gobernadora María Eugenia Vidal, no incluía a los empleados.
Muchos de los empleados firmaron un retiro voluntario, que según pudo saber LA BRÚJULA 24, incluye polémicas que fueron catalogadas como “anticonstitucionales” por violar los derechos de los trabajadores.
El punto séptimo, por ejemplo, fue la que causó mayor desconcierto entre los despedidos ya que establece que “por un plazo de cinco (5) años ‘el contratado’ no podrá reincorporarse en cualquiera de los regímenes comprendidos en la Administración Pública Provincial, incluyendo entes autárquicos, organismos descentralizados, empresas del Estado Provincial, Fideicomisos o sociedades en las que participe como socio mayoritario”
Además la cláusula novena establece que “los honorarios profesionales del abogado interviniente son bajo exclusivo costo del contratado”. Es decir, Ferrobaires exige que para el cerrar el acuerdo de “retiro voluntario”, los trabajadores se presenten en la sede del ministerio de Trabajo en La Plata con un abogado que los represente, cuyos gastos deberán correr por cuenta del despedido.
Según uno de los empleados, desde el propio Ministerio de Trabajo se niegan a homologar el acuerdo, debido a la inclusión de estos puntos.
La emotiva carta de un aficionado
Para los trabajadores de los talleres Maldonado ayer fue un día muy difícil. Muchos firmaron se jubilaron, otros firmaron un retiro voluntario, mientras que otros tantos siguen negociando su salida. Lo cierto, es que ayer se terminó un ciclo, para algunos de muchos años, luego del decreto firmado por la gobernadora María Eugenia Vidal, que cierra la empresa Ferrobaires y la pasa a manos del gobierno nacional.
Ariel Scolari, ex basquetbolista y aficionado de los ferrocarriles, publicó hoy una emotiva carta de despedida y publicó lo que tal vez fue la última foto de los empleados en su lugar de trabajo.
“Rostros tristes, ojos húmedos, abrazos sentidos y miradas perdidas como preguntando “¿Por qué?” eran el panorama de la mañana en el taller. El optimismo había faltado a la cita y la tristeza había inundado con su presencia cada rincón de las instalaciones”, retrata la publicación.
“Nos despedimos respetuosamente. Mas de uno nos estrechó la mano y nos brindo un fuerte abrazo, como “agradeciendo por estar”. Aún conservo en mi hombro la humedad de las lagrimas de uno de ellos”, menciona.
Fuente: Gentileza La Brújula.com