La temporada final de “House of cards” se estrenará el 2 de noviembre, sin Kevin Spacey, y con Robin Wright como Claire Underwood, su esposa, como la nueva Presidente de los Estados Unidos. A raíz del escándalo que involucró a Spacey (ocho personas del equipo lo han acusado de abusos y acoso sexual), Netflix lo despidió y anunció que esta sexta temporada sería la última. A diferencia de las cinco anteriores, la duración será más breve, de los habituales trece capítulos a ocho. En un principio “House of cards” debía estrenar la sexta temporada, con el personaje de Frank Underwood, este año. Pero el escándalo, que incluyó una carta en la que el actor pidió disculpas y confesó que era gay, motivó la cancelación del rodaje a fines de octubre del año pasado, fecha en que debían comenzar a filmar en Baltimore.
Poco después, Netflix anunció que Spacey había sido despedido de la serie, lo que le costó al gigante del streaming 39 millones de dólares, ya que Spacey no sólo era protagonista sino también productor ejecutivo. “Hemos decidido suspender la producción de la sexta temporada de House of Cards hasta nuevo aviso para tener tiempo para valorar la actual situación y atender cualquier preocupación de nuestro reparto y equipo”, dijeron entonces fuentes de la producción. En ese momento, Netflix también anunció que no seguiría con una película biográfica del escritor Gore Vidal, fallecido en 2012, y que estaba previsto que protagonizara Spacey. El film se encontraba en fase de postproducción cuando se desechó.
Inmediatamente comenzó la reescritura del guión, con tramas que reposan en el personaje de Robin Wright, y llevó más tiempo del previsto justificar la ausencia de Frank Underwood. Despierta curiosidad la estrategia seguida por los guionistas para fulminar a Underwood sin que éste aparezca en escena. A Wright se unen nuevos personajes que intentarán que la sombra de su esposo en la ficción no oscurezca la temporada final. Estos será interpretados por Diane Lane, Greg Kinnear y Cody Fern. Su final se producirá, casualidad o no, prácticamente doce meses después de que salieran a la luz los testimonios sobre presuntos abusos cometidos por Spacey.
Robin Wright dio una entrevista el mes pasado en la que sostuvo que no conocía a Spacey en profundidad: “Kevin y yo nos conocíamos entre la acción y el corte y en los descansos, donde bromeábamos. No conocía al hombre. Realmente éramos compañeros de trabajo, nunca socializamos en otro ámbito. Siempre fue respetuoso y profesional”. También reconoció que tras las acusaciones, todo el equipo quedó sorprendido. Tanto si se está aprovechando la polémica con Spacey para aumentar la repercusión de la sexta temporada como si no, lo cierto es que el afiche difundido ayer para el anuncio parece una declaración de principios. Con la frase #MyTurn (#MiTurno), se ve a Robin Wright sentada en un sillón de mármol y líneas de sangre brotando desde una de sus manos. Esa fotografía es un calco de la que tuvo la primera temporada de la serie con Spacey y sus dos manos manchadas de sangre.
En el último episodio de la quinta temporada, Claire aprovechó el debilitamiento político de su marido para tomar el control de la Casa Blanca y la intriga quedó abierta respecto del indulto: se esperaba que en esta temporada se concediera, tal como habían acordado, o acaso lo traicionara para hundirlo para siempre. “Ahora es mi turno”, había dicho Claire mirando a cámara, en un guión que le fue dando cada vez más protagonismo, en consonancia con una tendencia mundial de liderazgo por parte de las mujeres. Ese camino que tomó la serie fue clave, aunque involuntario, desde un libreto escrito hace más de dos años y sin imaginar una salida tan drástica para el protagonista masculino.
Fuente: Ambito