El informe de Coyuntura Económica de la Subsecretaría de Pesca del mes de diciembre brinda un detalle de lo que fueron para la administración pública las capturas en 2017, valores que se tomarán como oficiales a la hora de determinar, por ejemplo, las capturas máximas.
El balance anual muestra crecimiento en los desembarques, promovido especialmente por el langostino, mientras que algunos peces bajaron su participación. En la participación de las descargas, tanto por flota como por puerto, se observa también el impacto del crustáceo. Este informe incluye las exportaciones al 30 de noviembre, también con saldo positivo; aunque no se trata del número final sirve como una clara aproximación del desempeño anual de los mercados.
Los desembarques totales del año 2017 para el Departamento de Economía tuvieron un crecimiento del 8,6% respecto de 2016 con un volumen total de 766.617 toneladas; pero si se lo compara con 2015 el crecimiento es insignificante, apenas 1.000 toneladas.
Entre las principales especies, se observa un crecimiento en el calamar del 65% si se lo compara con el año anterior, con 98.965 toneladas; pero a pesar de haber tenido un buen año se colocó por debajo de 2015, cuando se llegó a 126.671 toneladas.
El langostino no para de crecer: en el 2015 se computaron 143 mil toneladas; en 2016 unas 178 mil toneladas y el año pasado 233.146 toneladas, lo que representó un crecimiento interanual del 30,7%.
La merluza hubbsi, en cambio, de una captura de 285.954 toneladas en 2016 pasó a 281.108 toneladas totales en 2017; las bajas se dieron en el sector Sur (S 41º) un 2,5%; en el sector norte (N 41º) del 8,3% y en el Golfo San Matías del 62%. El único sector en el que se produjo un crecimiento en las capturas por parte de la flota nacional fue en la Zona Común de Pesca con un aumento del 108%, pasando de 7.997 toneladas a 16.634 toneladas. Como se observó en los informes biológicos no se generó una reducción importante, pese al cambio de objetivo de la flota (Ver El boom del langostino no ayudó a la merluza).
En el abadejo, especie sobre la que se ha puesto especial atención por su alta vulnerabilidad y riesgo de colapso, se observa una baja en las declaraciones de captura del 9%, pasando de 5.298 toneladas capturadas en 2015 a 2.999 toneladas en 2017. Otra especie protegida es la raya y en este caso la disminución de las capturas fue del 3,5% y de casi un 10% respecto de 2015.
El problema que se presenta con estas cifras, sobre todo las de merluza, abadejo y rayas, es la veracidad de las declaraciones. La falta de controles y la falsificación de los partes de pesca son prácticas habituales que denuncian hasta los informes de investigación del INIDEP. Este es, sin dudas, uno de los problemas que la administración pesquera debe resolver para poder contar con estadísticas fiables.
La captura por flota
Los fresqueros finalizaron 2017 con 206.991 toneladas, la mejor captura de los últimos tres años, que en gran parte se explica por su participación en la pesquería de langostino. Siguen los arrastreros congeladores, que aunque con poca diferencia también tuvieron su mejor año al registrar 162.883 toneladas. Pero los que más han crecido han sido los costeros, que pasaron de 109 mil toneladas en 2015 a 114 mil en 2016 y 135.619 en 2017, gracias también al langostino.
Los tangoneros siguen aumentando sus capturas a razón de 10 mil toneladas por año: en 2017 la captura total fue 135.619 toneladas. Los poteros, que se recuperaron de un pobre 2016, llegaron a las 86.498 toneladas pero siguen por debajo de las capturas de 2015, cuando lograron 117 mil toneladas.
Las lanchas de rada o ría mantienen la tendencia a la baja, pero teniendo en cuenta que de 2015 a diciembre de 2017 fueron 19 las que se dieron de baja tras ceder sus permisos para la captura de langostino, el descenso resulta menos significante, siendo que pasaron de 23.766 toneladas a 20.809 en ese lapso.
Los surimeros redujeron su participación en 2 mil toneladas respecto al año pasado, alcanzando 19.884 toneladas de captura. Los congeladores con trampa se mantuvieron estables respecto del año pasado con 2.166 toneladas; pero esta cifra representa un 50% menos de la captura lograda en 2015.
Participación por puerto
A excepción de Ushuaia y Caleta Paula, todos los puertos registraron un mayor volumen de descarga. Mar del Plata es el líder por mucha diferencia con el resto, pero sus 368.206 toneladas apenas mejoran el desempeño de 2016. Sigue muy lejos de lo que supo ser, en 2015 registró descargas por 414 mil toneladas.
Puerto Madryn tuvo un mejor desempeño que en 2016 y logró superar incluso la actividad de 2015 registrando descargas por 117.411 toneladas. Rawson fue el gran ganador de 2017, siendo que pasó de 47 mil toneladas en 2016 –que ya implicaban un avance respecto del año anterior– a 67.307 toneladas. El boom del langostino se hace sentir en el puerto patagónico.
Otro puerto donde se evidencia la presencia de langostino es Camarones, que pasó de casi 6 mil toneladas en 2015 a 15 mil en 2016 y 22.561 en 2017. En Comodoro Rivadavia también tuvieron un buen año: las 24.641 toneladas descargadas hasta diciembre representaron un aumento de 7 mil toneladas respecto del año anterior y de 11 mil en relación a 2015.
San Antonio Oeste, que ha abandonado la pesca de merluza, mantiene los niveles de descargas; gracias al preciado crustáceo logró 6.647 toneladas, aunque colocándose por debajo de los niveles del año anterior. En General Lavalle, a pesar de no haber tenido una buena temporada de corvina, se mantuvieron los mismos niveles de captura de los últimos tres años, con 6.634 toneladas.
Exportaciones
Para conocer cuáles fueron los valores totales de 2017 deberemos esperar al próximo informe de coyuntura, dado que en el de diciembre se brindan los datos de noviembre; pero de todas formas sirve para tener un panorama de cómo se perfiló el año.
Los valores totales de ventas al 30 de noviembre muestran un aumento en volumen del 7,8% y en divisas del 16,9%; se exportaron 448.286 toneladas por un valor de 1.854.773.000 dólares. Cayeron las ventas de peces y aumentaron los moluscos, los crustáceos y las conservas.
La merluza hubbsi cayó un 6,2% en volumen con 95.592 toneladas vendidas a un precio promedio 7,3% más alto, que permitió recaudar más que el año pasado, llegando a 228.529.000 dólares. La merluza entera cayó en ventas mientras la venta de filets aumentó; ante la baja actividad en plantas en tierra es probable que se trate de productos congelados a bordo.
La merluza de cola cayó tanto en volumen como en recaudación, pero un aumento del 10% del precio ayudó a amortiguar las bajas. Se vendieron 6.166 toneladas por 13.153.000 dólares, que representan una baja del 44,5% en volumen y del 38,9% en dólares respecto de igual período de 2016.
De merluza negra también se exportó menos, un 34,3% en volumen y un 21% en dólares. La diferencia entre uno y otro se dio por el aumento del precio en un 20%, colocándose en 28.517 dólares la tonelada. En total, las cuatro empresas que participan de la pesquería vendieron 1.752 toneladas por 49.976.000 dólares. Con estos valores se entiende por qué es tan grande la puja por el escaso recurso.
En el langostino, por supuesto, todos son números positivos, hasta los del precio promedio que subió un 4%. En total se vendieron 173.085 toneladas por 1.130.365.000 dólares, lo que representa un crecimiento del 17,3% en volumen y del 21,9% en divisas. Este, sin, dudas será recordado como un año de grandes ganancias para el sector.
El calamar para noviembre ya no tenía ni una tonelada para vender; por lo tanto los números son los mismos de los últimos informes. El año cierra con un crecimiento del 66,7% en volumen, con 76.111 toneladas y del 92,2% en divisas, al recaudar 180.851.000 dólares.
Las vieiras terminaron con un saldo positivo de 11,7% en toneladas exportadas (5.186) y una recaudación de 71.445.000 dólares, que implica un crecimiento del 33,1%. De centollas se exportó un 25,7% menos en toneladas (1.276) pero un aumento del 100% del precio permitió una recaudación 48,6% mayor, que se tradujo en 21.015.000 de dólares.
Principales destinos
España es el primero con 86 mil toneladas, que representan un ingreso al país de 449.598.000 dólares; lo sigue China con 65.920 toneladas por 278.625.000 dólares; Estados Unidos se lleva poco volumen, 24.549 toneladas, pero genera ingresos por 159.529.000 dólares, una cifra superior a la que llega de Japón, Italia y Brasil a pesar de que compran volúmenes mayores.
Fuente: Nuestromar