El Gobierno decidió postergar parte del aumento del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) que tenía que empezar a regir a partir de hoy, con el fin de evitar una mayor presión inflacionaria y en medio del proceso electoral. Pese a esto, la petrolera YPF aumentó sus naftas un 2,5% y el diesel 1,75%.
Las empresas expendedoras estaban esperando esta decisión oficial para definir los precios en función del “veranito cambiario” que mantiene estable al dólar y el valor del petróleo crudo.
Según informó la Secretaría de Energía, el ICL solo actualizará su valor un 3,9%, cuando el ajuste debería haber sido del 11,8% por litro.
Por esa reducción el impuesto pasará de $ 6,13 a $ 6,37 por litro de gasoil (debería haber pasado a $ 6,85), y de $ 9,94 a $ 10,33 por litro de nafta (debería haber subido a $ 11,11).
Para apuntalar el leve repunte del consumo, el Gobierno viene tomando una serie de decisiones destinadas a frenar la escalada de precios.
En ese marco, además de postergar la suba en el gravamen a los combustibles, en los últimos días la administración macrista postergó incrementos en las boletas de gas y relanzó el plan Ahora 12.
El impuesto a los combustibles se aplica de forma trimestral y hubiese correspondido imponerlo a inicios de junio pero el Ministerio de Hacienda decidió en ese momento postergar su implementación por un mes para morigerar el impacto en los precios.
A su vez, las petroleras aguardaban el anuncio oficial para poder definir la estrategia de precios en surtidores que aplicarán a partir de este fin de semana, en momentos en que se mantiene estable, con tendencia a la baja, la paridad cambiaria y el barril de petróleo Brent.
En junio, con la postergación del impuesto, las petroleras que controlan casi el 90% del mercado: YPF, Axion y Shell, incrementaron en promedio 1,5% los precios de su variedad de productos de nafta y gasoil.
En la Ciudad de Buenos Aires la nafta súper cuesta $ 42,64 promedio por litro, la nafta $ 49,20 y el diesel $ 40,24.
Fuente: Ambito