El superintendente de Servicios de Salud, Luis Scervino, afirmó ayer que el Estado retiene desde 2004 más de $ 26.000 millones que son de las obras sociales y que deberá encararse una negociación entre el Estado y los gremios para devolver ese dinero que, dijo, “es de los trabajadores”. La intención del gobierno de Mauricio Macri es llevar adelante obras de infraestructura e inversiones en alta tecnología con los fondos que los sindicatos reclaman, en momentos en que el Ejecutivo avanza en el armado del Acuerdo Económico y Social.
“Desde 2004 a la fecha se incumplió la ley de Obras Sociales, que prevé que todos los recursos del sector deben distribuirse a fin del período anual entre los agentes del sistema de salud. Esto generó que haya un fondo acumulado que actualmente supera los $ 26.000 millones por incumplimiento de esta ley y vamos a tratar de resolverlo durante mi gestión”, dijo Scervino al programa Toma y Daca de Radio América.
Scervino, de 58 años, asumió a su cargo hace diez días. Antes estuvo a cargo de la obra social de Obras Sanitarias, el gremio de José Luis Lingeri. Su designación al frente de la Superintendencia contó con el aval de los gremios de mayor peso.
La ley de Obras Sociales dispuso que una parte de los aportes de los trabajadores se destinan a un Fondo Solidario de Redistribución (FSR), cuyo objetivo es costear tratamientos complejos, medicamentos caros o cualquier otra contingencia que pueda derivar en el quebranto de una obra social. Ese dinero, sin embargo, fue retaceado durante gran parte de las gestiones kirchneristas. Así, los sindicatos debían transferir recursos a las obras sociales para cubrir esos baches financieros, que luego recuperaban de forma parcial y con discrecionalidad, de acuerdo con los momentos de la relación política entre gremios y gobierno.
El dinero, dijo Scervino “está en una cuenta del Banco Nación, en una nebulosa que hay que tratar de corregir y recuperar para el sector salud”. Es, insistió, “un asiento” contable, “un registro del Banco Nación que no se utilizó nunca y ni siquiera fue actualizado, en años en que hemos vivido con una inflación importante”. La masa de plata fue creciendo con los aumentos salariales que engrosaban los aportes a las obras sociales.
El funcionario afirmó que esos aportes deberán volver al sistema de salud con “obras de infraestructura, actualizando lo que las obras sociales gastan en alta complejidad y otros proyectos”.
Y, al ser consultado sobre si podrá ser parte de la mesa en la que se convocará a los sindicatos al pacto social, replicó: “No estoy en condiciones de contestar porque recién estamos haciéndonos cargo, (pero) requiere de una solución política de negociaciones entre los sectores”.
Las obras sociales involucran a unas 26 millones de personas, entre las nacionales (15 millones), provinciales (6,5 millones) y PAMI (4,5 millones). La superintendencia que maneja Scervino tiene un presupuesto anual de 15.000 millones de pesos.
Fuente: Cronista.