La ola de calor que durante más dos semanas sofocó a toda la Argentina y que según confirmó en las últimas horas el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), “no se espera que el calor extremo vuelva a presentarse en el corto plazo”, estuvo potenciada por la crisis climática sin precedente que transitamos, según aseguran distintos científicos y organismo internacionales.
Si bien la brutal ola de calor ha sido impulsada por el fenómeno conocido como La Niña (que acaba de finalizar luego de 3 años consecutivos), son cada vez más los sectores científicos y agrupaciones ambientalistas que elevan la preocupación por el grado de aceleración del fenómeno como consecuencia del calentamiento global. “A medida que las temperaturas globales continúan aumentando, las olas de calor solo se volverán más comunes”, aseguran.
En este sentido, un informe de febrero de este año de la iniciativa World Weather Attribution demostró que, si bien el cambio climático no fue el principal impulsor de las bajas precipitaciones en el centro de América del Sur, sí provocó temperaturas más altas de las esperadas en la región, reduciendo la disponibilidad de agua y agravando la sequía.
Otro informe de WWA en diciembre encontró que las temperaturas récord en Argentina y otros países sudamericanos a fines del año pasado fueron 60 veces más probables por el cambio climático causado por el hombre.
Para comprender en profundidad cuál es la relación actual que existe entre la última ola de calor y la crisis climática, NA dialogó con Guillermo Folguera, biólogo, filósofo e investigador de CONICET.
“Frente a la salida de esta ola de calor brutal, lo primero que hay que marcar es que era algo esperable como parte de las consecuencias directas de la crisis climática. Lo único que puede llamar la atención en lo ocurrido es el proceso de aceleración en el que se está dando, y entonces la pregunta sería por qué se está acelerando”, introduce Folguera.
Y detalla: “Todo lo que impacta en la crisis climática que estamos viviendo involucra la convergencia a tres grandes escalas: la global, la regional y la local. En términos sintéticos, están los gases de efecto invernadero como una de las grandes consecuencias en términos globales; a su vez, los desmontes en el Amazonas se observan como una de las causas regionales más visibles; y en términos locales, se encuentra la sucesión de políticas extractivas y de depredación de territorio que involucra incendios intencionales, desmontes, exploración offshore, mega minería y extracción de litio a través de técnicas de evaporación de agua, entre otras políticas extractivas”. (NA).