La intención de comercializar langostino argentino en Brasil vuelve a cobrar fuerza a partir de las gestiones que encaran tanto las empresas pesqueras locales como el Ministerio de Agroindustria de la Nación.
Esta semana hubo otra muestra de ese interés. Representantes del Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (Cepa), Veraz, Newsan, Conarpesa, Iberconsa y Pesquera Deseado viajaron a Brasilia para mantener diversas reuniones.
La delegación estuvo acompañada por la secretaria de Mercados Agroindustriales, Marisa Bircher. Allí fueron recibidos por al embajador argentino, Carlos Magariños, y el consejero Agrícola del vecino país, Javier Dufourquet.
Traba en la Justicia
La intención es superar la barrera judicial impuesta en 2013. Se trata de una medida cautelar dictada por la Justifica Federal de San Pablo, a la cual se aferran los productores de camarón para no competir con el langostino argentino.
La problemática fue abordada durante las reuniones mantenidas con el ministro de Agricultura de Brasil, Blairo Maggi; representantes del Dipoa; e instituciones privadas con interés en importar así como la de bares y restaurantes; y la Cámara de Comercio Argentino-Brasilera de Pernambuco.
“Estamos en un muy buen camino, el tema todavía no está resuelto, pero vamos bien. Me parece que hay que ser optimistas. Hay un trabajo entre el sector público y privado para destrabar esto”, evaluó el gerente de Cepa, Darío Sócrate, frente a Pescare.com.ar.
Potencialmente, Brasil es una plaza que puede absorber entre 15 y 20 mil toneladas anuales de langostino; un número significativo. En términos globales, cobija a casi 210 millones de habitantes que ya conoce las bondades de nuestro pescado.
“Hay que diseñar una estrategia judicial porque el nuestro es un producto distinto al de ellos. La idea que le planteamos al ministro es que nosotros vamos a ayudar a que sus habitantes consuman un producto de calidad y más barato”, continuó Sócrate.
“No debemos perder la oportunidad”
En tanto, desde Agroindustria destacaron que las autoridades del país carioca se mostraron dispuestas a colaborar y avanzar: “Estamos en eso. Hay que hacer un recorrido, no debemos perder la oportunidad”, consideró Bircher ante la consulta de este medio.
El camino a seguir es el judicial, además del diplomático. Vale recordar que la traba emergió por un contenedor puntual que supuestamente representaba un riesgo sanitario. Ahora, asoma la posibilidad de evaluar nuevamente las condiciones del marisco argentino para llevarlas a la Justicia.
“Ellos están dispuestos a hacer nuevos análisis sobre la cuestión sanitaria. Por otro lado, si hay algunos gastos que afrontar con las cuestiones judiciales, el sector privado está dispuesto a colaborar (…) La idea es que se habilite al langostino en forma global, no un producto elaborado o procesado de determinada manera”, aclaró Sócrate.
Fuente: pescare.com.ar