A una semana de asumir oficialmente el cargo de delegado, el capítulo 988 de IngenieroWhite.Com, emitido por La Brújula 24, contó con la participación de Gustavo Avellaneda, quien habló de todo: objetivos, el desafío personal y el contexto estructural que lo va a llevar a dividir sus funciones entre nuestra localidad y Villa Rosas.
–¿Cómo te preparás para asumir formalmente el cargo?
–Hace una semana que estoy tomando datos y vamos a poner toda la energía en la función pública. No voy a ejercer solamente en Ingeniero White el cargo, sino que va a ser en paralelo con Villa Rosas. Este cambio estructural nos va a llevar a focalizarnos en lo social y en lo político, mientras que la parte de funcionamiento va a depender de la gente de Infraestructura de la Municipalidad.
–¿Esperabas este llamado para el cargo?
–No lo esperaba, me tomó de sorpresa. Si bien estaba en la función pública con un tema específico como lo relacionado con las usurpaciones, no esperaba esta posibilidad. Fui convocado por el intendente y él me confió la administración de White y Villa Rosas, lo cual me honra muchísimo porque ve en mí el perfil que necesita en la localidad.
–Volviendo al funcionamiento, ¿cómo se va a organizar el día a día entre ambos puntos como White y Villa Rosas?
–Las problemáticas cotidianas no van a cambiar, lo que sí se va a modificar es la forma de administrarla. Entiendo la preocupación de la gente, pero el delegado no puede ser un mero gestor o estar atento al cuidado de las ramas que se caen. Se pretende darle otra presencia, con atención cotidiana a la gente y ordenando las prioridades más importantes. No vamos a descuidar la atención primaria de la gente.
“Los primeros días vamos a hacer un banco de prueba, pero esta modalidad está bien pensada. Estaré dos días en Villa Rosas y tres en White atendiendo básicamente a la gente. En el municipio han notado un divorcio entre la acción del delegado y la acción real y eso vamos a tratar de solucionar”, apuintó.
–¿Hay puntos en común entre White y Villa Rosas?
–Diría que Villa Rosas no tiene nada que ver con White. No tiene el entramado social, ni el componente de gente o asociaciones intermedias. Cada una tiene su impronta y voy a tener que acomodarme a cada una. No le voy a sacar cuerpo a la gestión, desde un problema en Villa Talleres hasta lo que pasa en el Saladero. El lunes a las 10 de la mañana empiezo a atender y a captar los problemas más urgentes.
“La impronta que quiero darle, además, es que la gente no se quede solo con su problema particular. La idea es ver proyectos para la comunidad. Si la Agrupación White 2025, por ejemplo, tiene un proyecto vamos a verlo juntos”, agregó.
Por último, Avellaneda hizo referencia a su vínculo con la comunidad y su pasado institucional.
“Soy nacido en Ingeniero White, en el Hospital Menor, hace 53 años. A los 8, fui a los scouts y desde los 9 hasta los 22 jugué en Comercial; volví al club y fui dirigente. Es decir, permanentemente tengo una cercanía. Y vivo en Villa Rosas. Conozco la problemática y no me asusta el desafío porque están las ganas de hacer las cosas bien”, aseguró.