Con una fuerte historia de vida y cobijando su cuerpo entre el mar y la gente que siempre lo acompañó, el programa 590 de IngenieroWhite.Com contó con la presencia de Gabriel Caputo, quien visitó los estudios de La Brújula 24 y nos dejó muchas cosas para reflexionar en el día a día.
“Mi historia cambió cuando me detectaron una enfermedad en los riñones. Me hicieron estudios de todo tipo y color, pero no encontraron qué era lo que tenía. Allá por el 2011, estuve 45 días internado en Buenos Aires y fue cuando se me cerraron las persianas…no quería vivir más. Fui a buscar una pastilla mágica y la pastilla mágica no existe”, inició su relato.
“Así empezó todo hasta el día de hoy que estoy en diálisis. Me da bronca verme así y todo lo que pasé, pero le pongo una voluntad bárbara para nadar y seguir adelante”, agregó.
–¿En qué te has aferrado durante todo este tiempo para continuar tu camino?
–Mi familia siempre y es fundamental. Ellos piensan que soy como el ave fénix, pero sufren muchísimo. Y la realidad es que el cuerpo me está pidiendo un trasplante urgente. El sindicato de Luz y Fuerza, al cual estoy agradecido por todo lo que hace por mí, me cubre una inyección que necesito. Mientras tanto, estoy en lista de espera. Por eso, más allá del deporte, mi mensaje va enfocado en la importancia que tiene la donación de órganos.
“Me pueden llamar ahora mismo con un donante. Ya me pasó hace dos años y llegué tarde a recibirlo por un problema de horario con el vuelo. Fue durísimo”, completó Gaby.
–¿Y el deporte qué lugar ocupa en esta fuerte historia de vida?
–Entreno y me preparo para competir en aguas abiertas. Por eso también estoy agradecido a la Secretaría de Deportes de Monte Hermoso. Siempre me gustó esa adrenalina que se genera y ahora tengo la meta de hacer los mil metros.
–¿Y White, nuestra localidad?
–White es todo. He ido a los lugares más insólitos y siempre me encontraba con uno de White. Siento que me fui mal de la localidad. Esta semana, casualmente, le pedí a mi hermana si podía quedarme unos días en su casa para volver a respirar el aire de White. Y la estoy pasando bárbaro. Me encuentro con todo el mundo porque para colmo nací en San Martín y Knout. En White tengo todo.