Luego del reciente homenaje que tuvo lugar en el marco del Festival de Tango realizado en el Puerto, hablamos con Mirta Crudelli, hija de Roberto Achával, quien habló sobre el homenaje que recibió la figura de su padre y revivió algunas anécdotas del pasado relacionado con semejante figura whitense.
“Siempre digo que mi papá fue una persona de bien y un ser que nunca estaba de mal humor. Yo conozco a Cacho Crudelli; reconozco que Roberto Achaval fue muy importante, pero yo lo conozco como hija. Siempre me decía que en la vida hay que ser agradecido y que no me olvide que nací en White. Hasta los 12 años viví ahí y pasé una infancia hermosa. Siempre lo voy a llevar en el corazón”, destacó Mirta.
“Mi viejo siempre estaba al lado nuestro. Nunca lo conocí enojado. Es una bendición el padre que me tocó. Mi madre también era un torbellino. Cuando mi papá salió de Grandes Valores yo tenía 12 años y nos fuimos a Buenos Aires. Ellos han viajado mucho y tuvieron experiencia hermosas. Teníamos un departamento muy lindo en Córdoba al 3.900, donde siempre sonaban bandoneones, Rivero, Troilo. Ese tipo de gente venía a casa a cantar, a tocar. Mi mamá hacía comida, terminaban de tocar y venían a casa”, amplió.
Y revivió más recuerdos: “Yo me tomaba el subte para ir a Atlanta a hacer gimnasia y mi viejo me acompañaba hasta la estación, me preparaba el desayuno. Siempre estuvo conmigo. Tengo los mejores recuerdos de esos tiempos y no tengo nada malo para decir. Mi papá falleció en el ’96, con 64 años. En una oportunidad, en una fiesta de médicos en San Isidro, sufrió una muerte súbita donde lo salvaron y la vida nos regaló 11 años más con él”.
“Un 26 de junio, no me lo olvido más, se fue a una clase de violín y no volvió. Tomó el colectivo y ahí de descompuso. Hasta las 10 de la noche no supimos nada de él. Fue algo espantoso. Hasta que nos dijeron que había un NN en el hospital. Me quedé sin techo. Pero la vida sigue y hay que aprender a ser positivo. Yo siempre me acuerdo de lo bueno, de las actuaciones, del Viejo Almacén, de los próceres que venían a casa”, concluyó.
Y para cerrar, sobre el homenaje organizado por el Puerto y José Valle señaló: “es gente de buena madera y me encantó lo que hicieron con mi papá. Se ocupan muchísimo y me encantó el homenaje. Hicieron un trabajo muy bueno y se siguen ocupando de él. Mientras siga en la memoria de la gente, sigue vivo. A mí me llena de orgullo y solo tengo palabras de agradecimiento”.