Los hinchas convivían de forma pacífica y confiados en terminar con festejos una jornada dominada por la expectativa acerca del cruce latinoamericano, que adquirió carácter eliminatorio luego de los resultados de la primera fecha.
Argentina perdió sorpresivamente con Arabia Saudita en el debut y México empató con Polonia, salvado por su arquero Guillermo Ochoa, quien le tapó un penal a Robert Lewandowski.
La peatonal interna más importante del zoco qatarí presentaba una intensa circulación de méxicanos con sombreros y música de mariachi y de argentinos eufóricos, uniformados con la remera celeste y blanca.
A la espera por el juego, en el cálido mediodía de Doha, se sumaron daneses, brasileños, franceses, ingleses, alemanes, japoneses, iraníes -con sus ensordecedoras trompetas- y saudíes, todavía burlones con los argentinos por el resultado histórico del martes (¿Y Messi?, preguntan…).
El astro argentino, la figura más convocante de la Copa del Mundo, demostró nuevamente su trascendencia de fronteras y rivalidades. Una pareja de mexicanos, oriundos de Guadalajara, se paseó con una camiseta mitad verde, mitad “albiceleste”, con el dorsal: “Messico”.
“Admiramos mucho a Leo, es el mejor del mundo y queremos que le vaya bien siempre. Que gane México pero también pase Argentina”, deseó Camila, una joven recibida en comercio exterior.
Esa opción es prácticamente imposible: Argentina debe vencer al seleccionado del “Tata” Gerardo Martino para no comprometer su permanencia en el Mundial o directamente quedar eliminado, según el resultado que arroje Arabia-Polonia.
El partido de este sábado fue uno de los más buscados por los hinchas en las instancias de venta habilitadas por la FIFA y se jugará desde de las 16:00 de Argentina en Lusail, el estadio de mayor capacidad en Qatar (88.966 asientos).
Los días previos al cruce de Argentina-México registraron un incidente entre hinchas en los alrededores del FIFA Fan Festival, sin que se reportaran heridos ni detenidos.
Los fanáticos del seleccionado “albiceleste” se concentrarán por la tarde en la escultura del Dedo Dorado del Souq Waqif para realizar un nuevo banderazo y viajar luego en el metro, en caravana, rumbo al estadio ubicado unos 20 kilómetros al norte.
Fuente: Telam