El Sindicato de los Trabajadores de la Industria del Gas, Derivados y Afines de Bahía Blanca (STIGAS), que nuclea a aproximadamente a 300 trabajadores calificados de Bahía Blanca, el nodo gasífero más importante del país, comunicó en las últimas horas que a pesar de trabajar ininterrumpidamente durante la pandemia, el primer incremento salarial remunerativo que recibieron fue en octubre del 2020 y mejorado en noviembre para la totalidad de los trabajadores gracias a la lucha de los compañeros convencionados de STIGAS Bahía Blanca.
Sin embargo, en un comunicado compartido recientemente exclamaron su disconformismo con ciertas acciones de la empresa TGS: “A pesar de haber presentado ante la institución una serie de protocolos que indicaban limitaciones en las dotaciones de mantenimiento y turnos 4×4 en plantas de línea, inmediatamente supimos que dichas limitaciones en el taller mecánico del complejo no se cumplieron y en las plantas compresoras de línea se impuso el pernocte compartiendo colchón durante casi dos meses. Todas estas decisiones unilaterales inconsultas y con gravitación significativa en la vida de nuestros representados, indican el desdén que profesa TGS para con nuestra institución, seguramente debido a su génesis antisindical forjada al fuego de las privatizaciones”.
“En la actualidad, con el mismo desdén hacia nuestra representación, normaliza las dotaciones en los talleres del complejo Cerri, aun llamando a los dispensados mayores de 60 años, en el momento que se prevé una segunda ola de contagios, con nuevas cepas circulando por el país, a sabiendas de que la pandemia aún está muy lejos de finalizar, mientras que en otros sectores mantiene un riguroso escalonamiento de presencialidad”, aclararon.
En ese sentido, en cuanto a las respuestas de la empresa sobre la evolución pretendida del Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), el sindicato indicó que la respuesta ha sido escasa y casi nula, sin voluntad de avanzar ni siquiera en contrapropuestas.