Luego de su participación en el grupo de teatro comunitario y en el estreno del documental “Los Garufas de Guaite”, el sábado pasado contamos con una emotiva charla con el vecino “Semilla” Natalicchio, quien revivió su aporte en esta obra y sus recuerdos sobre el pasado glorioso de la localidad.
“Me generó una alegría inmensa recordar esos tiempos. Jamás en la vida me voy a olvidar de esas épocas. Era otro ritmo de vida muy distinto al de ahora. Me causó mucha alegría”, aseguró sobre este espacio de encuentro.
“Lo único que perdura de aquellos tiempos es el recuerdo. White ha cambiado por completo y estos años han sido muy diferentes. Era extraordinario ver ese tiempo de las cantinas. Amanecíamos bailando los sábados y domingos, sobre todo en las noches de calor. Había 6, 7 cantinas y todas trabajaban por igual”, destacó.
“En la comisión directiva de los Bomberos hemos hecho carrozas y vivíamos los carnavales como otra fiesta aparte. Se trabajaba muchísimo para esas fechas y ahora no se hace más. Me pone la piel de gallina hablar de esas cosas”, apuntó sobre la época de los corsos.
En su relato, Semilla revivió algunas anécdotas destacadas que incluyeron a personajes del pasado como Nené Cabezas, “Pechito”, Cacho Marzocca y hasta la Negra Dodero y el origen de su particular apodo.
“Había mucho trabajo en el puerto, el ferrocarril, la Junta, YPF…había bares, almacenes, se vivía mejor. Había talleres de chapa y pintura y eso también nos daba trabajo. Hace 40 años la gente estaba todo el día en la calle y todos nos conocíamos. Ahora el mundo cambió”, agregó.
Lo que se negocia es el amor por White: “nunca me puse en la cabeza irme de acá porque yo amo a White. Tengo dos hermanas en Mar del Plata, pero este lugar no me mueve nadie”.