El Cruce Columbia coronó hoy a sus ganadores absolutos y los de cada categoría en la modalidad individual. A pesar de que el brasileño Ernani Souza fue el dueño del escalón más alto del podio de la carrera de montaña por etapas más importante de América, hubo alguien que ocupó el segundo lugar y mostró un nivel tan elevado y parejo que sorprendió a todos. Marcelo Fenske, el Pela tal como lo llamaron los corredores a lo largo de las tres jornadas, llegó en silencio con un objetivo: mejorar el 9° puesto de 2014.
A priori, Fenske no aparecía entre los candidatos, pero con el transcurrir de la 14° edición de El Cruce logró eclipsar a varios de los mejores corredores y se ganó el respeto de sus rivales. Si hasta su número de corredor era elevado, algo extraño para alguien con semejante nivel. El bahiense, de 36 años, fue un verdadero héroe del silencio, alguien que llegó sin hacer ruido y se fue ovacionado con la convicción de saberse un corredor con proyección.
“Me sentí muy bien, hice un Cruce muy parejo en el que las cosas me salieron bien. Hice una buena carrera, dominé los impulsos para ir cuidando la energía. Pude hacer tres días estratégicos, sin ser impulsivo”, afirma el hombre que para entrenar en desnivel debe viajar 100 km hasta Sierra de la Ventana.
Fenske fue muy regular, su ritmo se tornó parejo y eso le permitió ser el único caballero que se subió al podio en cada una de las tres etapas. “Fui dos veces tercero y una segundo, esto deja claro que funcioné bien, siendo parejo y adaptándome a los variados terrenos que transitó la carrera. Me voy muy conforme porque entrené muy fuerte”, cuenta el corredor que recibió muchos halagos del gran Gustavo Reyes.“Fenske fue el más parejo de las tres etapas”, lo define el cipoleño. “Demostró que lo del año pasado no fue una casualidad. Supo ser muy parejo. Creo que ahí está una de las claves para llegar alto en una carrera así. Lo conozco al Pela y puede dar más. Debe animarse y dejar todo sin pensar en los rivales”, explica Reyes.
“Aún no logro creer lo bien que me salió todo, fajarme con los corredores que había fue una gran medida. El año que viene quiero estar, habrá que trabajar duro”, cierra Fenske, un hombre de pocas palabras que llegá al Cruce Columbia en silencio y se marchó con un segundo puesto. “Ahora quiero descansar unos días con la familia. Nos quedamos unos días en la zona para disfrutar de la Patagonia”, indica, momentos antes de subir al escenario para recibir un premio por el que corrió más de 100km.