Las alergias son las principales protagonistas en esta época del año. Pero, más allá de la afección pulmonar, una de las consultas más frecuentes al pediatra durante la primavera y el invierno aquellas relacionadas a erupciones que se perciben en la piel de los niños.
Las enfermedades eruptivas, o también llamadas exantemáticas, suelen tener manifestaciones características y generalmente un curso benigno. Y mayor prevalencia en estas estaciones. Los médicos pediatras de Swiss Medical Center Belén Goenaga (MN 129882) y Ariel Almada (MN 116474) detallaron las más habituales en la infancia y cómo actuar ante ello.
Varicela: muy conocida, es producida por el virus Varicela-Zoster, que puede presentarse durante todo el año, pero es más común a fines del invierno y principios de primavera. Se transmite por el contacto directo con las lesiones de la piel o por medio de las gotitas de saliva.
Se manifiesta en la piel con pequeñas manchas rojas que se transforman en ampollas y luego costras. Aparecen en el tronco, cara, cuero cabelludo, brazos, piernas y hasta dentro de la boca. Puede tener además otros síntomas como fiebre, malestar general, dolor de garganta y falta de apetito. En los pacientes vacunados la enfermedad es más leve.
Es contagiosa desde 1 o 2 días antes de que aparezcan las lesiones hasta que todas las ampollas se transforman en costras (entre 7 a 10 días). Los niños deberán permanecer en sus hogares hasta que todas las lesiones estén en período de costras, aconsejan los expertos.
Escarlatina: es una infección bacteriana causada por el Estreptococo B Hemolítico. Afecta principalmente a niños ente 2 y 15 años y se transmite principalmente por la saliva que se expulsa al hablar, estornudar o toser.
Se manifiesta en pequeñas lesiones rojas puntiformes que se atenúan al presionar la piel y son ásperas al tacto. Comienzan en cuello, axilas e ingles y luego se distribuyen por todo el tronco y las extremidades. En la cara da un signo característico que es la palidez alrededor de la boca.
El diagnóstico se puede confirmar con un hisopado de fauces que determina la presencia de la bacteria en la garganta. En este caso, el tratamiento es con antibiótico, pudiendo retornar a sus actividades a las 48 horas de iniciado el mismo.
Sexta enfermedad: esta enfermedad aparece como consecuencia del virus de la familia Herpeviridae. Se observa principalmente en primavera y otoño y es más frecuente en niños pequeños entre los 6 y los 15 meses, mientras que la transmisión también es por saliva.
Los médicos explicaron que comienza con un cuadro de fiebre agudo con temperaturas altas entre 38 y 40ºC, que dura de 3 a 5 días. Puede estar acompañado de tos y congestión de garganta y oídos e inflamación de los ganglios. Las lesiones son rojizas como manchas pequeñas levemente sobreelevadas que desaparecen a la presión. Comienzan en el tronco y cuello, y luego se extiende a la cara, brazos y piernas. No pican y duran entre 24 y 48 horas.
Quinta enfermedad: es producida por el Parvovirus B19. Los brotes de esta enfermedad se dan principalmente en invierno y primavera y es más frecuente en niños entre los 4 y los 10 años.
Su contagio se produce por contacto con secreciones respiratorias y saliva. Al inicio tiene síntomas inespecíficos, como fiebre y malestar. Luego, aparece la erupción típica: roja en ambas mejillas de bordes muy definidos y en el cuerpo asemeja un “encaje”. No duele ni pica. Dura de 7 a 10 días, y ya no es contagiosa en la etapa del brote.
Enfermedad pie-mano-boca: esta afecta a los niños con una máxima incidencia entre 1 y 3 años de edad. Se presenta en forma de brotes durante todo el año pero es mayor en primavera y verano. Su contagio se da a través del contacto con secreciones respiratorias o materia fecal.
Inicialmente, los pacientes suelen tener fiebre y malestar. En la piel de las manos, los pies y el área del pañal aparece una erupción con pequeñas manchas o granitos, algunas pueden tener contenido líquido. En la boca se encuentran estas mismas lesiones en las encías, la lengua y el paladar. Cuando se rompen las vesículas quedan ulceras superficiales que son muy dolorosas. Las lesiones desaparecen en 5 a 10 días.
Los especialistas aclaran que no hay un tratamiento específico. Debido al dolor que pueden tener para alimentarse se recomienda ofrecer mucho líquido y que los alimentos sean blandos y frescos.
Fuente: Infobae