Según el Servicio de Salud de Estados Unidos, en los últimos años aumentó drásticamente el riesgo de cáncer de pulmón entre los fumadores. Para las mujeres que fuman, el riesgo aumentó diez veces, y para los hombres que fuman se duplicó.
Estos aumentos sucedieron a pesar de que los fumadores en los últimos 15 años consumieron menos cigarrillos al día, que los fumadores de antes. El riesgo de cáncer de pulmón para las personas que nunca fumaron se mantuvo casi igual entre 1959 y el 2010. Una posible explicación de las mayores tasas de cáncer de pulmón es que los filtros y las perforaciones de ventilación en la mayoría de los cigarrillos modernos podrían hacer que el fumador aspire más profundamente y de esta manera lleve las sustancias químicas peligrosas más hondo en los pulmones.
El proceso que se usa para fabricar los cigarrillos modernos incluye la utilización de muchas sustancias químicas. Los científicos han identificado más de 7000 sustancias y compuestos químicos en el humo de cigarrillo. Se sabe específicamente que al menos 70 de ellos causan cáncer.
Todos los cigarrillos son dañinos y toda exposición al humo de tabaco puede causar daños en el cuerpo, tanto inmediatos como a largo plazo. No existe un nivel de exposición al humo de tabaco,ni un cigarrillo particular,que resulte seguro.
¿Qué nos produce fumar?
El cáncer es una enfermedad grave que se produce cuando las células crecen de manera descontrolada. Casi todos los casos de cáncer de pulmón —el cáncer que más mata a hombres y mujeres— son causados por fumar. Aproximadamente 9 de cada 10 casos de cáncer de pulmón son causados por el tabaquismo.
Pero el tabaquismo no solo genera este tipo de cáncer y se cree que uno de cada tres muertes por cáncer podría prevenirse. Además del cáncer de pulmón, fumar puede causar, cáncer de riñones, páncreas, hígado, colon, etc.
Este hábito, además, causa enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Las personas con EPOC tienen dificultad para respirar y hacer ejercicio. En consecuencia, quizás también tengan dificultad con las actividades de la vida diaria como caminar o vestirse. Su calidad de vida puede declinar significativamente. La EPOC no tiene cura y se calcula que ocho de cada diez muertes son resultado del tabaquismo.
Por otro lado, el rápido aumento de los niveles de nicotina en la sangre puede acelerar la frecuencia cardiaca, aumentar la presión arterial y estrechar las arterias que están alrededor del corazón. Estas condiciones producen daño a corto y largo plazo. Además el tabaquismo se presenta como un factor de riesgo cardiovascular que asociaa los que la persona ya padece, complicando aúnmás la situación.
Más de 16 millones de personas en los Estados Unidos padecen de enfermedades cardiacas; casi 8 millones ya han tenido un ataque al corazón y 7 millones han tenido un accidente cerebrovascular (derrame cerebral). La enfermedad cardiovascular (ECV) es la mayor causa individual de todas las muertes en los y ocasiona la muerte de más de 800.000 personas anualmente.
Fumar o no hacerlo es una elección propia que cada uno debe considerar. No existe al momento una formula que nos indique cual es la forma correcta de vivir la vida. Lo que si es importante conocer es cuáles son las consecuencias de nuestros actos para realizar verdaderas elecciones.