El cepo al dólar, que comenzó en 2011 y se profundizó a medida que se hizo más visible la escasez de reservas, provocó que se acumulara una deuda millonaria por importaciones impagas y que tanto los equipos de Daniel Scioli como los de Mauricio Macri empezaran a planear cómo renegociarla.
Entre los economistas de Cambiemos, confiaron dos fuentes a LA NACION, la idea es plantear un cronograma de pagos para la deuda que el Central tiene con empresas importadoras y que hoy se calcula en torno de los US$ 9000 millones. “Se pueden plantear unos meses de gracia y después un plan de pagos mensual hasta cancelar la deuda por completo. De esta forma, las matrices al menos tienen algo de certidumbre”, explicaron. Mientras que, para aquellos importadores que no estén dispuestos a esperar, se les ofrecerá un bono del Tesoro en dólares a corto plazo (de entre dos y cinco años).
Además de la deuda de importadores, el BCRA tiene hoy pendiente el giro de utilidades de cientos de empresas internacionales. Hace al menos tres años que el BCRA sólo vende dólares en cuentagotas para las compañías que quieren transferir parte de sus ganancias al exterior. En la City, se estima que serían entre US$ 10.000 millones y 12.000 millones adicionales.
Sin embargo, en el equipo de Macri creen que, a diferencia de lo que sucede con los importadores, en este caso el pasivo terminará siendo menor. Por lo pronto, porque muchas compañías ya reinvirtieron los pesos acumulados, mientras que otras se anticiparon en estos meses girando las divisas a sus matrices a través del mercado bursátil, mediante la compraventa de bonos soberanos. Así, entre la deuda de importadores y por utilidades estiman que tendrían que terminar emitiendo un bono por unos US$ 15.000 millones.
En el búnker de Daniel Scioli cocinan un plan similar, según confirmaron a LA NACION. “Hay que distinguir entre el flujo y el stock, tanto de dividendos como importaciones. No se puede pagar en efectivo. Hay que buscar una forma de pago”, explicó un economista, con la condición de no ser identificado. “Hay que ver, analizar el flujo hacia adelante y todo lo acumulado se negocie buscando la posición más conveniente para nosotros, que es obviamente un bono de largo plazo”, detalló.
En el macrismo también están siguiendo de cerca el volumen de contratos de dólar futuro que lleva vendidos el Banco Central, y que hoy se estima de entre US$ 13.000 millones y 14.000 millones. Como los contratos son en pesos, pero se ajustan por el tipo de cambio, ante un alza del valor del dólar, el BCRA debería tener que emitir miles de millones de pesos.
En tal sentido, una de las ideas en danza sería entregarles un bono a los compradores más grandes (por ejemplo, de más de US$ 100.000). Otra, aplicarles un impuesto extraordinario a aquellos que compraron los contratos para especular. “Todo depende de cuáles sean los números en ese momento, no es lo mismo el cálculo con uno u otro tipo de cambio. Lo ideal sería poder cumplir con los contratos”, explicaron.
En el sciolismo no ven los futuros vendidos por el BCRA como un problema. “Primero, porque creemos que es una operación legal; segundo, porque no pensamos devaluar tanto de golpe. El BCRA vendió contratos a $ 10,50 para el primer trimestre, con lo cual tenemos margen para ajustar igual el tipo de cambio y no asumir pérdidas”, dijo.
También en el macrismo trabajan en un proyecto para capitalizar al BCRA, canjeando paulatinamente en el tiempo las letras intransferibles que la entidad fue recibiendo del Tesoro por bonos con cotización de mercado. Para el sciolismo, el patrimonio negativo del BCRA no es motivo de desvelo: “El Banco de Chile tiene patrimonio negativo y funciona perfectamente”, aclararon.
Fuente: lanacion.com.ar