Luego de resultar Diputado electo por la Provincia de Buenos Aires en la Sexta Sección, Lorenzo Natali visitó los estudios de La Brújula 24 para formar parte de IngenieroWhite.Com y, más allá del contexto político que se presenta, recordar algunos momentos destacados sobre sus vínculos con nuestra localidad.
“Cárrega 3788. Ahí viví entre 1961 y 1968. Vivíamos en Saldungaray con mi familia, que era de origen whitense. Mi papá trabajaba en la Base Naval de Punta Alta y cuando yo todavía no había nacido se trasladaron al pueblo donde estaba el hermano de mi padre, ya recibido de médico. El 16 de diciembre de 1956, como no había hospital allí, mi mamá vino a dar a luz a Bahía. Viví hasta los 4 años en Saldundaray y, hasta los 11, en Ingeniero White”, describió.
“Cierro los ojos y me emociono. Me acuerdo de la esquina de Cárrega y Guillermo Torres. Era un movimiento enorme en el puerto, en esa época a fines de la década del ’60. Veo los camiones bajando del puente, las casonas de Prefectura hoy convertidas en Museo del Puerto, el kiosquito de la esquina, el mítico Bar Unión, la Cantina Royal de la Familia Pérez, las casas de los superiores de Prefectura en calle Rubado, Anita Di Meglio, el Bar de los Arens, el Almacén de los Luciani, la casa del Petiso Fontán y Argelia Ballester”, repasó sobre aquella cuadra histórica.
Y hay más: “una de las tantas cosas disfrutables que tenía el White de aquella época era ir al Cine Jockey Club. Al frente estaba la plaza, la estación y la cancha donde pasábamos todo el día. Y ser el hijo del dueño del cine le daba un valor agregado a todo esto. Directamente me iba a la cabina del operador de cine y veía todo lo que pasaba. Me quedan recuerdos fantásticos y las reacciones de la gente ante cada escena”.
“Fue una época irrepetible, con otro ritmo de vida. Había mucho tiempo para hablar con los vecinos, reunirse y sacar las sillas a la vereda en las noches lindas. No había ningún tipo de temores. Los patios, por lo general, no tenían ni medianeras. La gente tomaba mate a través del alambrado. Me acuerdo lo lindo que era ver a White con las calles tapadas de auto los fines de semana con las cantinas. La gente se conocía y se quería”, completó.
“Ahora voy demasiado poco a White. Las últimas veces que fui transité la obra de Dasso. La pena que me da es no haber tenido la posibilidad de apreciar todo el valor arquitectónico que tuvo la localidad. Es un lugar lleno de historias y, con el tiempo, empezó a ser visto como un lugar no adecuado para sus hijos. Me gustaría que no sean así las cosas, pero es la realidad. Llegó gente nueva y cambió la identidad de White. Es otro pueblo ahora. Me hubiera gustado conservarlo como era antes”, comparó Natali.
“Se me ocurren cosas para hacer desde mi cargo. Escuché a la gente de Comercial, a los Bomberos. Si tengo la posibilidad de darle una mano a White, se la voy a dar. Hay muchas instituciones que trabajan muy bien. Hay necesidades infinitas como en todos lados. Uno, por supuesto, hace más hincapié en los lugares donde conoce un poco más”, agregó.
“Había que ser muy frío para no aceptar lo que me proponían, que era encabezar una lista como diputados. Era un halago y un desafío que voy a abordar en mi vida. Es una actividad interesante, donde hay medios y caminos para mejorar la vida de la gente. Voy a jurar el 9 de diciembre, aunque ya la gente me escribe y me pide cosas. Tengo muchas expectativas y ganas de trabajar para satisfacer el apoyo y el cariño de la gente”, cerró Lorenzo.