Con la visita del Contador Hugo Borelli, ex-presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, el capítulo 367 de IngenieroWhite.Com, emitido por La Brújula 24, hizo un repaso sobre experiencias del pasado y el presente del ente portuario, que el próximo 1 de septiembre cumplirá sus primeros 25 años de vida.
“En estos tiempos estoy muy tranquilo y haciendo algo que me gustó toda la vida, que es escribir. Desde joven es algo que suelo hacer y ahora, con más tiempo, le he dado rienda suelta en temas que me interesan como la economía y el puerto. Trato de mantenerme actualizado y decir las cosas que siento, volcando todo ese contenido en un blog personal que lleva mi nombre”, comentó Borelli.
“¿Cómo lo veo al puerto? Muy bien, como siempre, y con una trayectoria exitosa e indiscutible. Los puertos están llamados a ser una herramienta sustancial para la economía de un país a partir del comercio exterior. Ese factor, unido a un mecanismo de administración que está por cumplir 25 años, ha permitido la posibilidad de estar en constante crecimiento”, sostuvo sobre el presente del CGPBB.
“Estos 25 años son el producto de un trabajo permanente y, más allá de las personas a las que nos ha tocado conducir, hay un equipo de calidad. Al que le toque liderar el puerto, cuenta con un equipo que garantiza sustentabilidad para esta administración eficiente”, agregó.
–¿Qué recuerda de la impronta y la gestión durante su ciclo como presidente?
–Lo principal tuvo que ver con el vínculo ciudad-puerto. Si bien era una cuestión ya existente, pienso que durante ese tiempo se puso en marcha con contundencia. Faltaba una intensificación y un programa que impulse a la gente y la motive a no estar de espaldas al mar.
“Un modo de generar esa atracción fue con la puesta en escena del balcón del mar, lo cual permitió generar un espacio de conexión con el mar, homenajear lo que fue el primer muelle de Ingeniero White y haber generado un disparador para nuevas propuestas”, apuntó.
–Su vínculo con Ingeniero White
“Nací en calle Avenente, donde vivían mis abuelos maternos, y pasé mi infancia en el barrio, yendo a jugar a Whitense y a la pileta de Comercial. Con el correr de los años y la oportunidad de estar cerca del puerto, uno siente que hay una deuda con la localidad. No se visualiza puertas afuera del puerto toda la riqueza de la que hablamos y uno espera que Ingeniero White reciba algo a cambio de su hermano rico”.