El sector petrolero experimentará a partir del domingo una situación infrecuente. Por primera vez en 16 años, no habrá intervenciones del Gobierno en el mercado para digitar los valores a los que se hacen las operaciones de compra y venta de crudo. En consecuencia, se liberarán los precios de los combustibles, que si bien en la práctica son libres, estaban hasta ahora guiados por un acuerdo entre empresas que también era acompañado por el Gobierno.
Pese a los cambios, el ministro de Energía, Juan José Aranguren , dijo que no espera un aumento en las naftas y el gasoil. Lo afirmó en el marco de la Argentina Oil & Gas, la exposición petrolera que se hace en La Rural.
“Como consecuencia del acuerdo de precios entre productores y refinadores, durante 10 días la cotización del precio internacional [del petróleo] estuvo por encima del precio local y se suspendió la aplicación del acuerdo en octubre. Si sigue estando por arriba, continuará suspendido hasta que termine, el 31 de diciembre. Si no, en noviembre volverá y habrá un precio sostén”, resumió Aranguren. Y descartó que vaya a haber ajustes en los surtidores de las estaciones de servicio a partir del próximo fin de semana. En sus términos: “¿Qué impacto puede tener esto en el mercado? Muy poco, porque faltando tan poco para que termine el acuerdo, las empresas, además en el marco de una etapa eleccionaria como estamos, no van a tener ningún tipo de decisión de esta naturaleza. Ya ocurrió en 2015, en una circunstancia parecida”.
Más allá de las presunciones, el ministro de Energía anticipó que desde el domingo las empresas fijarán los precios de los combustibles sobre la base de la relación entre oferta y demanda.
Energía convalidó la nueva situación del mercado a través de una nota que lleva la firma de Aranguren. Tiene fecha del viernes pasado y se refiere a la terminación del Acuerdo para la Transición a Precios Internacionales de la Industria Hidrocarburífera Argentina.
Ese convenio, que se concretó a principios de este año con el acuerdo de las empresas refinadoras de combustibles y el acompañamiento del Gobierno, contemplaba la revisión trimestral de precios sobre la base de la evolución de la cotización del crudo, el precio de los biocombustibles y el tipo de cambio peso/dólar.
Uno de los puntos sostenía que si el precio del petróleo a nivel internacional se mantenía por encima de determinado nivel durante 10 días, el convenio caería. Según la nota de Energía, que vio LA NACION, el 13 de septiembre pasado se cumplió esa condición.
“Dentro de lo previsto en el Acuerdo, un aumento de los precios internacionales permitiría la liberación de los precios internos y de ese punto en adelante mantener la paridad con los mismos con un funcionamiento pleno de las reglas de mercado”, dice la nota oficial.
Distintas lecturas
En el sector privado hicieron varias lecturas a partir de la decisión de Aranguren. Si se aplicaba el acuerdo en octubre, la coyuntura actual de precios hubiese provocado un aumento de los combustibles en torno al 6%. Pero al darle de baja, el Gobierno dejó la decisión del lado de empresas como YPF, Shell, Axion y Pampa Energía, entre otras.
La Casa Rosada y Energía estiman que las petroleras no remarcarán pizarras en octubre debido a la sensibilidad que generan las elecciones. Así actuaron en el pasado, cuando Cristina Kirchner comandaba el gobierno, y lo repetirían ahora.
“Tenemos que acostumbrarnos a que ahora no hay una persona que nos dice qué hacer”, sostuvo Aranguren durante su participación en la exposición Oil & Gas, en relación con la intervención de los mercados que propició el kirchnerismo. De todas maneras, advirtió: “Oportunamente, si hubiera una escalada [de precios], algo haríamos para administrar los intereses públicos”.
La administración de Mauricio Macri esperaba más tarde o más temprano volver a una situación de mercado. De hecho, figura en los cuadernos de trabajo que utilizaban los actuales funcionarios cuando imaginaban la Argentina de hoy en el marco de la Fundación Pensar, preparando su eventual ascenso al poder.
El Gobierno ya había confirmado que a partir del primer día del año próximo el convenio por el cual se ajustaban los precios de los combustibles caería y no sería reemplazado por otro. Ayer resolvió adelantar la fecha.
En el marco del acuerdo de precios, las naftas y el gasoil aumentaron 7,2% y 6%, respectivamente, en julio pasado, pero habían caído en abril, cuando el gasoil se abarató 2,6% y las naftas, 0,1%, toda una rareza en el mercado local.
Aranguren no descartó que eso vuelva a ocurrir en un contexto de precios sin intervención oficial, por ejemplo, si baja el tipo de cambio en torno a los $ 16 por dólar.
Fuente: La Nación