Luego de un 7 de marzo que será recordado para siempre en nuestra localidad, distintas voces de vecinos y representantes de las instituciones locales le dieron vida a nuestro primer programa del año, emitido como todos los sábados por La Brújula 24, con un capítulo especial dedicado a las inundaciones.
«Yo me quedé en el techo de mi casa mientras veía el agua estancada por más de 48 a 72 horas. Es impresionante, al mismo tiempo, como se está movilizando el país y las donaciones que están llegando. La gente perdió todo», apuntó Aarón Lavayén, vecino de la zona de calle Cárrega.
«No nos hemos puesto a evaluar los daños, ni cómo analizaremos la situación del club. Lo importante es dar una mano y ayudar. Hemos recibido una cantidad enorme de ropa y estamos trabajando para que llegue a la gente», indicó Leonardo López, en representación del Club Whitense.
«Ya lloramos y sentimos este daño profundo, pero ahora nos toca trabajar. El teatro se destruyó y la prioridad ahora es estar con la gente. Dow nos dio un apoyo muy grande y fue nuestro sostén con mercadería y asistencia», comentó Belén Rodríguez, presidente de la Sociedad de Fomento de Ingeniero White.
Yésica Pelufo, desde el Taller Prende, fue una protagonista destacada a la hora de evacuar vecinos de Boulevard en FerroWhite: «cuando se inundó todo el viernes a las 20, la desesperación nos invadió y ahí fue el momento en el cual el museo fue el refugio para alrededor de 240 personas».
«En nuestro caso, la destrucción es total. Los instrumentos estuvieron sumergidos durante tres días. Se afectaron 7 contrabajos, 8 violonchelo y 15 violines. Y la sede de la Casa del Niño también sufrió daños de muebles, puertas y en todo lo que es de madera», reportó Alejandra Hall desde la Orquesta Escuela.
«En 75 años nunca vi algo de semejante magnitud. Siendo delegado nos tocó pasar por inundaciones dos veces, pero esto es algo diferente. En mi casa, el agua llegó a 70 centímetros. Me evacué en los bomberos desde el viernes a las 19 hasta el domingo a las 18. La Siempre Verde también tuvo entre 50 y 60 centímetros de agua adentro», resumió Tucho Ursino.
«Uno se apena por el patrimonio que también se perdió con el agua. Hay historias como la de Rosana Soler o el museo de Carlos Benítez, en los cuales perdieron todo. Nunca vi algo igual en 57 años», expresó José Valle.
Otro testimonio de evacuación fue el de Graciela Ruiz: «Me sacaron del agua y, como los bomberos estaban llenos, nos quedamos en la iglesia junto a mi familia. Siempre le voy a agradecer a Blanca por abrir la iglesia para nosotros. Parecía el Arca de Noé. Lo más especial fue cantarle el feliz cumpleaños a mi nieto esa noche».
«Nosotros estamos afectados como todos. Hemos visto el lado solidario de la gente y también muchas miserias. Hay que tomar nota de las obras que faltan y destacar la labor de los trabajadores municipales durante estos días», consideró Ramón Fretes, desde la Cooperativa White Trabaja.
«Desde nuestro lugar, bajamos el mensaje de la fe y la solidaridad. Nuestro espacio está abierto a la gente y a la donaciones para salir a ayudar a los que nos rodean», dijo Hugo Inchastoy de la Iglesia Puerto Esperanza.
Y Mónica Ale, desde la Capilla Espíritu Santo cerró: «es posible salir de estos momentos entre todos y apoyándonos en las donaciones y la solidaridad de la gente».