Y de acuerdo a lo que vislumbran los entendidos, el panorama en el complejo sojero local tendrá un contexto similar, pues no hay en la mira de mercados alternativos para colocar los excedentes.
Si bien durante el primer semestre el promedio de producción fue entre 50 y 60 por ciento, ya ese escenario puso a las firmas productoras a trabajar con la Nación en búsqueda de opciones constantes. Ni hablar cuando se conoció la resolución de EEUU contra la importación del producto criollo.
¿Alcanza la reapertura del mercado en la Unión Europea? No, pues el volumen de importación será menor al que sostenían los norteamericanos, y en dinero, tampoco, ya que pagarán menos.
En este contexto, suena lógico temer por el futuro de los puestos de trabajo. Sin embargo, el empresariado puso paños fríos al asunto.
“La industria está integrada, no vemos que vaya a peligrar el empleo. Y estamos recién arrancando con Europa, aunque el cierre de los Estados Unidos fue un golpe duro”, reconoció Luis Zubizarreta, titular de la Cámara de Biocombustibles (CARBIO) y uno de los hombres pesados en esta industria.
“El año próximo tendremos que ver cómo se desarrolla el mercado, pero desde ya creemos que será un 2018 complejo. El Gobierno está trabajando junto con nosotros para ver cómo podemos revertir la situación”, agregó.
Argentina produce 4,5 millones de toneladas y el mercado interno absorbe 1 millón, mientras se exporta 1,5 millones; el resto es capacidad ociosa.
En este nuevo esquema, ya sin EEUU, el país va a vender unas 500.000 toneladas al año a Europa, y el mercado interno se quedará con 1 millón. El resto, será capacidad ociosa.
Claudio Molina, director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, también se explayó en este tema.
“En este contexto, considerando que en el mercado interno es técnicamente posible utilizar mezclas de gasoil con un 20 por ciento de biodiésel para el transporte automotor de pasajeros, para el agro, para la generación eléctrica y para el transporte automotor de cargas -incluso en mayores porcentajes para el uso en determinados motores o el uso de biodiésel puro-, resulta fundamental que el gobierno incluya este tema entre las prioridades de la agenda productiva que manejan los Ministerios de Energía, Agro-industria, Producción, Ambiente y Transporte, y que el Ministerio de Hacienda, al igual que la Jefatura de Gabinete, acompañe en este proceso”, precisó.
“En la Argentina se consumen alrededor de 14 millones de metros cúbicos anuales de gasoil para transporte, agro e industria, y según el año, se suman entre 1,8 y 2,5 millones de m3 adicionales para generación eléctrica. Por lo tanto, la implementación de un programa de intensificación del uso de biodiésel sería muy importante para esta industria”, concluyó.
A pesar de toda esta situación, hoy los cortes con biodiesel y bioetanol siguen sin incrementarse, y los valores, para el caso de los primeros están casi sostenibles y para los segundos, en baja. Está claro que la política que se imparte desde el Ministerio de Energía parece destinado a satisfacer más los intereses de las petroleras que a la defensa de esta industria, que en la zona, vale recordar, poseen sus principales plantas productoras.
Hasta ahora, los empresarios parecen reclamar en soledad, pues no hay un plan de coordinación con intendentes y presidentes comunales de la zona, como tampoco con las asociaciones sindicales. Unos y otros siguen sin ser escuchados exponiendo en la materia.
Fuente: El Cronista