Ayer se reunieron las bordadoras de miniaturas en el patio del museo, después de un año de no encontrarse en forma presencial, pero sí de pensar, aprender puntos, reírse y bordar a la distancia, comunicadas por WhatsApp, con la coordinación de la docente Malena Corte.
Fue una ocasión de alegría. Por fin pudieron ver materializada la tarea compartida en los pequeños bordados reunidos en muestrarios colectivos: pájaros, insectos, herramientas de trabajo, lanchas de pesca.
La propuesta ahora será seguir bordando el resto de las cosas del mundo (frutas y verduras, comidas, contenedores del puerto), y seguir incorporando nuevas integrantes al taller.
En el medio de la reunión pasó por el frente del museo el pescador Enrique Russo y se sorprendió al encontrar su propia embarcación, el “Giardini”, en un bordado en miniatura.
Si es posible hacer un mapa de Ing. White que incluya distintos tiempos, percepciones y escalas del espacio y hasta sueños, será el que surja de estas mujeres bordando juntas. Ya sea todas en el patio o cada una atenta al punto desde su casa, pero juntas.