“Fueron 40 años en el puerto, repartido en tres empresas, siendo el Consorcio una parte constituyente muy importante. En estos 23 años, le debo muchas cosas y personalmente he tenido la satisfacción de conducir una de las herramientas económicas más importantes dentro del orden nacional e internacional”, aseguró Valentín Morán en aquella nota realizada el 15 de febrero de 2017, en la emisión Nº 98 de nuestro formato radial que iba de lunes a viernes en La Brújula 24.
–¿Qué recuerdos tiene de aquellos meses de 1993, previo al cambio en el modelo de gestión?
–La etapa previa, en la cual se creó el marco legal bajo el cual se permitía el acceso del capital privado en el funcionamiento de los puertos. Esas leyes inspiraron la llegada de grandes inversiones, que superaron los 3.000 millones de dólares. El tiempo pasa y uno apunta a mantener esa calidad e inyectarle a los más jóvenes esa fuerza e inspiración que mantenga el nivel de excelencia.
–¿Cómo empezó su vínculo con el ámbito portuario?
–Por casualidad. Yo soy ingeniero agrónomo y mi actividad poco tiene que ver con el agua salada. En esa época, donde predominaba la exportación de frutas, fui contratado por un señor austríaco, quien fue el primer europeo en exportar fruta argentina. Dentro de mi competencia me ocupé de los controles de calidad, aunque también me designó como apoyo para la coordinación de los embarques. Así empezó todo y se abrió una puerta para mí.
“Continué en Murchison, una de las empresas más importante del país en materia de estibajes, donde desarrollamos una serie de sucursales desde Bahía hasta Ushuaia. Y tampoco quiero dejar de mencionar a la Cámara Portuaria y Marítima de Bahía Blanca, de la cual tuve el honor de ser director”, amplió Morán.
–¿Cómo fue su vínculo con la localidad de Ingeniero White, en general?
–En White viví hasta la adolescencia y recuerdo muchos vecinos y familias como Martellini; Horacio era un gran amigo y compartimos muchos momentos. Fui al Colegio Sarmiento y el contacto con la comunidad se generaba a través de la farmacia que pertenece a mi familia. Ahora que tengo más tiempo libre voy a cumplir con oportunas visitas a la comunidad whitense.
–Volviendo a la actualida, ¿cómo analizaría la gestión de Pablo Pussetto?
–Puedo decir que tiene una larga experiencia en Profertil y un buen manejo de las relaciones con las autoridades públicas en todos los ámbitos. Lo veo muy bien y acorde a lo que uno esperaba. El país necesita un puerto de aguas profundas como el nuestro y tenemos que seguir evolucionando en la medida que esas necesidades tengan desarrollo.
–¿Es difícil separarse del puerto después de toda una vida dedicándose a esta actividad?
–La transición es difícil y me está costando mucho. De algún modo voy a seguir conectado al puerto porque es una etapa muy valiosa en mi vida y que me ha dado grandísimos frutos.
DE BRITANICA A MORAN
“En el contexto del conflicto de Malvinas, mi abuelo y el resto de la familia decidió cambiarle el nombre a la farmacia, pasando de Británica a Morán. El nombre original se debía a que en años previos los buques ingleses habían tenido una frecuencia muy importante en el puerto, potenciando a la comunidad. Actualmente, mi hermana Amparo, continua con la actividad en la tradicional sede de calle Siches”.
Foto: La Nueva.