El Valle Bonaerense del Río Colorado, ubicado al sur de la provincia de Buenos Aires, ha experimentado una profunda transformación desde la creación de CORFO Río Colorado el 3 de febrero de 1960. Esta región semiárida, con un clima templado y precipitaciones anuales que varían entre 300 y 500 mm, depende del riego para sustentar su producción agrícola. El Río Colorado, que recorre 922 kilómetros hasta desembocar en el Océano Atlántico, es el principal recurso hídrico de la zona.
La creación de CORFO fue fundamental para fomentar el desarrollo de esta región. CORFO abarca 530.419 hectáreas, de las cuales 137.565 están bajo riego, y gestiona más de 5.400 kilómetros de canales de riego y 3.700 kilómetros de desagües. Junto con los Consorcios de Regantes, la entidad es clave para la correcta gestión del agua, un recurso esencial para la agricultura de la región.
Enfoque integral de desarrollo
El desarrollo del valle se basa en una filosofía integral, que incluye no solo la mejora agrícola, sino también la infraestructura social y cultural.
A lo largo de estos 65 años, CORFO ha implementado un plan que abarca desde el riego eficiente y las obras de desagüe para evitar la salinización de los suelos, hasta el apoyo crediticio y el asesoramiento técnico a los productores. Además, se promovió la mejora comercial para que los agricultores pudieran obtener un mejor precio por sus productos.
Sin embargo, los primeros años de CORFO estuvieron marcados por limitaciones financieras y operativas. Fue en la década de 1970 cuando el Plan Global de Desarrollo permitió superar estas dificultades.
Elaborado por la consultora Edison Consult, este plan se centró en la consolidación de la superficie regada, la modernización de la producción agrícola mediante nuevas tecnologías de riego y el impulso de la agroindustria.
Mejoras en infraestructura y productividad
Uno de los principales logros de CORFO fue la construcción y mejora de la infraestructura hídrica. La salinización de los suelos, causada por el mal manejo del agua, fue combatida mediante la construcción de 397 kilómetros de canales de desagüe troncales y 3.341 kilómetros de canales secundarios. Además, se implementaron sistemas de nivelación de suelos con tecnología de rayo láser, lo que mejoró la eficiencia en el uso del agua.
En cuanto a la agroindustria, la región vivió un proceso de industrialización que comenzó en la década de 1970. Se instalaron fábricas de aserraderos y plantas de empaque, y en los años 80, CORFO implementó un programa agroindustrial para integrar la producción, industrialización y comercialización de productos como el tomate y la cebolla. Este enfoque permitió diversificar la producción y fortalecer la economía regional.
La construcción del Embalse Casa de Piedra en la cuenca media del Río Colorado fue otro hito crucial. Este proyecto, acordado por las cinco provincias ribereñas (Buenos Aires, La Pampa, Mendoza, Neuquén y Río Negro), permitió regular el caudal del río, asegurar un suministro uniforme de agua y prevenir inundaciones.
CORFO no solo se enfocó en la agricultura, sino también en el desarrollo social y cultural de la región. Se crearon comedores escolares, centros recreativos y una escuela técnica industrial. En cuanto a la electrificación, se interconectó la red eléctrica local con la usina de Ingeniero White, lo que permitió atender la creciente demanda energética.
Desafíos y perspectivas futuras
El desarrollo del Valle Bonaerense del Río Colorado es un ejemplo de cómo la planificación integral, la inversión en infraestructura y la adopción de tecnologías avanzadas pueden transformar una región árida en un valle fértil y productivo.
CORFO Río Colorado ha sido un actor clave en este proceso, liderando iniciativas que han mejorado la calidad de vida de los habitantes y la rentabilidad de las explotaciones agrícolas.
El proyecto del Dique Paso Alsina, que se emplazaría en la entrada del Río Colorado en Buenos Aires, fue inicialmente concebido como un dique derivador y desarenador. La actual gestión de CORFO propone convertirlo en un embalse para almacenar agua en los períodos de lluvia, crucial tras 13 años de sequía (2010-2023).
Este cambio permitiría recuperar agua que actualmente se pierde y mejorar la gestión del riego. Además, se destaca como una obra que incluiría a todos los regantes del sistema, considerando la heterogeneidad en las escalas productivas de la zona.
El futuro de la región dependerá de su capacidad para diversificar la producción, mejorar la eficiencia en el uso del agua y fortalecer las estructuras comerciales. La integración agroindustrial y la adopción de prácticas sostenibles serán fundamentales para asegurar un desarrollo regional equilibrado y sostenible en las próximas décadas.
Nota: El ingeniero civil Ramiro Vergara es administrador de CORFO Río Colorado.