La primera expedición argentina al Polo Norte consiguió su objetivo el viernes por la mañana. Los ocho expedicionarios llegaron a las 7.15 (hora argentina) a la latitud 90 00” 00’ N, guiados por un que les indicó el hasta “el donde todos los caminos conducen al Sur y donde todos los caminos conducen a casa”, frase que usó el jefe de la expedición, Víctor Hugo Figueroa, en la última arenga para llegar hasta su objetivo.
En los 120 kilómetros que recorrieron sobre esquíes desde la Base Borneo hasta el Polo, debieron afrontar temperaturas de hasta 38 grados bajo cero en las diez jornadas de marcha que les llevó esta expedición y que consiguió plantar en el casquete polar ártico la misma bandera argentina que dos de los expedicionarios ya habían llevado hasta el Polo Sur.
“Estamos acá, en el Polo Norte. Fueron diez días duros, los tres primeros más difíciles que los demás, porque tuvimos muchos desniveles que nos hacían avanzar muy lento, eso sumado a la adaptación de estar a 25 grados bajo cero de promedio”, relató a Clarín Santiago Tito, de los expedicionarios desde el Polo Norte, donde la patrulla esperaba este mediodía la llegada del helicóptero que los llevará de vuelta a la Base Borneo y de allí al pueblo noruego de Svalvard, para luego emprender el regreso a la Argentina, prevista para el lunes.
“Los días del medio avanzamos un poco más rápido y los últimos días además la deriva nos avanzó un poco”, añadió Tito. En promedio, marcharon entre 11 y 15 kilómetros por día. Las jornadas se dividieron en 8 horas de marcha sobre esquíes y el correspondiente descanso. Y al final de cada uno de los días de marcha, después de armar el campamento en el que pasarían la “noche” (en el Polo Norte nunca se pone el sol), dedicaban la energía que les quedaba para hacer el barreno (la toma de muestras del hielo ártico para su posterior estudio). Es que el objetivo de esta expedición era llevar al mundo un mensaje de alerta sobre el cambio climático.
Y el día de llegada al Polo Norte no pudo ser más oportuno: coincidió con la celebración del Día de la Tierra, que busca generar conciencia sobre el calentamiento global y promover la preservación de nuestro planeta.
También el papa Francisco, quien habitualmente llama a tomar conciencia sobre cambio climático, les hizo llegar ayer una carta de apoyo a los expedicionarios, en la saludaba que llevaran adelante una iniciativa que “ayuda a tomar conciencia sobre la degradación del ambiente, el agotamiento de las reservas naturales, la contaminación y también por la gravemente desigual distribución de las riquezas”.
Sobre el momento de la llegada, Tito contó que fue muy emotiva. “Llegamos todos juntos, nos dimos un gran abrazo y cantamos el himno con la bandera argentina. Sentimos un orgullo enorme, la mitad nos pusimos a llorar”, relató.
Quien comandó esta expedición, que estuvo financiada por la Fundación Criteria, fue Víctor Figueroa, general del Ejército, ex director Antártico y quien ya había comandado la expedición al Polo Sur en el 2000. Los demás integrantes de la patrulla fueron Gustavo Curti, Ignacio Carro, Luis Cataldo, Emiliano Curti (hijo de Gustavo), Juan Pablo de la Rúa y Santiago Tito. Son militares con un rango de edades de 28 a 59 años, todos cuentan con amplia experiencia en la montaña y en la Antártida. El último integrante, único civil es el fotógrafo Tomás Heinrich, el primer argentino que hizo cumbre en el Everest. (Clarín).