Malos vientos parecen castigar al buque escuela de la Armada Argentina. La fragata ARA “Libertad”, formadora de cientos de hombres y mujeres de mar y buque insignia de la marina militar, caló hondo en el sentimiento popular, cuando allá por 2013 fue ilegalmente retenida en Ghana por un embargo pretendido por los llamados fondos “buitres”.
Una firme decisión política y una eficiente gestión diplomática a cargo de la Embajadora Susana Ruiz Cerutti la trajeron de vuelta a casa; pero una vez acallado el “operativo clamor” en torno a su regreso, una serie de tristes sucesos la han tenido como protagonista.
En 2014, participó de un encuentro internacional de grandes veleros denominado “Velas 2014”, organizado por las armadas de Chile y Argentina, que surgió como consecuencia del exitoso encuentro “Velas 2010” en el que Argentina fue la gran organizadora.
Pero si bien jurídicamente quedó claro que el rol de buque militar de la nave la tornaba inembargable, temores políticos y estrechez presupuestaria hicieron que la nave no pudiera completar todo el recorrido previsto, quedando confinada a puertos “seguros” jurídicamente hablando. La otrora “Embajadora de los Mares” fue confinada al cabotaje latinoamericano.
A su regreso, y luego de un mínimo alistamiento, fue afectada al proyecto “Verano de Emociones”que transformó a la estratégica base naval de Mar del Plata en una kermese estudiantil, con dinosaurios a tamaño natural, locomotoras del por entonces presidenciable Florencio Randazzo y sirvió de marco para festivales de rock. También fue noticia cuando se descubrió que había sido utilizada para transportar a jóvenes militantes con fines turísticos.
Semanas antes de iniciar los preparativos para su tradicional viaje de instrucción con cadetes de 5° año de la Escuela Naval Militar, una vez más la falta de dólares -los gastos en divisas para un viaje de instrucción tipo rondan los U$S 2.000.000- la mandó a un discreto ostracismo.
Finalmente, zarpó para un modesto periplo hasta la ciudad de Ushuaia
Reparada a “nuevo” en 2009 en los astilleros Río Santiago, nunca quedó del todo bien.Materiales nobles de su diseño original fueron sustraídos y cambiados por otros de mucha menor calidad, una ligera escora (inclinación a una banda) que finalmente pudo ser eliminada y este forzoso descanso de 2015 fue utilizado para ajustar algunos problemas.
Luego de varios meses nuevamente en astillero, fue trasladada a la base naval de Puerto Belgrano para intentar poner en orden su planta de generación eléctrica. Cuando todo parecía estar en condiciones, zarpó el pasado lunes en un modesto periplo hasta la ciudad de Ushuaia donde participaría de actos oficiales en esa ciudad. Ante lo magro de la navegación la idea era que su dotación de alumnos fuera renovada en el viaje de regreso.
Pero a pocas horas de zarpar, una emergencia en la sala de generadores obligó al comandante de la nave, Capitán de Navío Ignacio Martín Errecaborde, a retornar a puerto a efectos de evitar situaciones de riesgo para el buque y su tripulación.
Si bien se había deslizado la posibilidad de realizar algún viaje a Oriente como parte del afianzamiento de las relaciones con China, hoy por hoy nada está claro en cuanto a cómo incidirá la extrema necesidad de divisas para hacer frente a otras urgencias en el destino final del buque escuela.
La situación del parque naval en general, no es muy satisfactoria, una mínima porción de la flota de mar está en condiciones operativas, el rompehielos “Almirante Irizar” sigue en reparaciones en el poco eficiente taller naval estatal Tandanor y a modo de logro sólo se puede exhibir la controvertida adquisición de cuatro remolcadores rusos con más de 30 años de servicio en las heladas aguas del Ártico, con muy relativo valor operativo para nuestra marina.
Fuente: Infobae.