Luego de conocerse la noticia de que la AFIP flexibilizará las importaciones a través del sistema de correo internacional, conocido como “courier” o “puerta a puerta“, los empresarios argentinos salieron a advertir el durísimo golpe que recibiría la industria nacional si se populariza esta forma de compra a través de plataformas de e-commerce ubicadas fuera del país.
Vicente Laurenzo, vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) afirmó que en el sector están “muy preocupados” y que presentarán una nota a Alberto Abad, titular de AFIP, “para que, si se modifica el sistema, se resguarde a las empresas”, explicó.
“No fuimos consultados sobre el servicio “puerta a puerta”, pero estamos dispuestos a discutir un plan de trabajo que no perjudique a la industria”, dijo Laurenzo.
El vocero de CAME explicó que la misiva que presentarán al titular de AFIP busca “ver de qué forma el régimen no permita comprar a la plataforma del continente asiático, porque no podemos competir con ellos”.
“Hoy la producción china fabrica cualquier cosa, así que tenemos que estar muy atentos a que esto no se masifique y se vuelva muy popular en Argentina”, concluyó.
Con el objetivo de alertar sobre el daño que puede causar esta modalidad de compra a la industria local, CAME relevó algunos productos que se pueden adquirir en sitios web chinosy los comparó con los precios de los artículos de producción nacional.
La entidad empresaria planteó con estos ejemplos su “preocupación” por el regreso del régimen de puerta a puerta, que el Gobierno habilitaría en estos días, con un cupo de u$s5.000 por persona por año.
Pero lo que CAME plantea como “una medida que afectaría al comercio y a la industria“, sería, desde la óptica del consumidor, un elemento de ahorro importante, en tiempos de contracción del gasto. Un teléfono celular de alta gama, por ejemplo, sale un 37% menos al comprarlo en el exterior, impuestos incluidos.
En tanto, un vestido de gasa, por ejemplo, comprado en China vía web y traído hasta la puerta de casa por un courier cuesta un 67% menos, impuestos y gastos de envío incluidos, que una prenda similar fabricada en el país. Un cartera símil cuero de mujer adquirida en China de la misma manera puede salir 62% menos que un producto nacional. Los clásicos ladrillos Lego también son más baratos: el ahorro llega al 62%.
Por otra parte, el director ejecutivo de la Fundación Pro Tejer, Ariel Schale, advirtió que el nuevo sistema de compras al exterior será un “golpe duro” para la industria textil y lamentó que el Gobierno “prefiera comprarle al mundo antes que apoyar la industria nacional”.
Señaló que la entidad “tiene una audiencia pedida con las autoridades para analizar el comportamiento de la industria con el ministerio de la Producción“.
Adelantó que “uno de los planteos que presentaremos es el de este nuevo régimen de compras al exterior, para el cual no fuimos consultados sobre los alcances de la medida”.
Al referirse a la actividad del sector señaló que su sector terminó “un primer semestre muy malo, producto de la caída del consumo, por el deterioro del poder adquisitivo y elincremento de importaciones“.
Agregó que el sector textil tiene una caída en el nivel de actividad de “entre 20% y 30%, dependiendo de los subsectores” y que la industria “enfrenta el inicio de un proceso de suspensiones muy fuerte que ya llega a 5.000 personas”.
Enfatizó que en el sector “no hay despidos porque es lo último que hacemos antes de cerrary porque cuesta capacitar un puesto industrial que es un capital enorme y no se abandona hasta el final”.
Asimismo, advirtió que la apertura del sistema de importaciones por el sistema puerta a puerta “es muy malo y se suma al cóctel de decisiones equivocadas del Gobierno”.
“El Gobierno debe poner los incentivos para que se generen nuevos puestos de trabajo y sin embargo no lo hace y es un ingrediente más en este proceso de señales equivocadas”, agregó Schale, quien también se desempeña como asesor económico de la fundación.
Señaló que la flexibilización del este sistema de compras “implica que seguimos no preservamos nuestra industria nacional“.
¿Cómo funciona el sistema “puerta a puerta”?
Este tipo de compras son realizadas por particulares mediante tarjetas de crédito a través de páginas de e-commerce ubicadas fuera del país.
Hasta hace dos años, permitían acceder a precios competitivos a un amplio abanico de productos. Ese menú incluía artículos de electrónica, calzados e indumentaria.
Según fuentes consultadas por iProfesional, el nuevo sistema que impulsa la AFIP operaría bajo las siguientes condiciones:
Vuelve la micro-importación
Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior, recordó que este servicio, hasta 2008 “era utilizado principalmente por empresas, para ingresar muestras o repuestos para maquinaria. Básicamente los couriers resolvían casos de emergencia”.
Sin embargo, conforme se profundizó el atraso cambiario, el experto destacó que “empezó a ser utilizado por más particulares, que compraban con tarjeta de crédito en portales de China o EE.UU. todo tipo de bienes de consumo”.
Estas operaciones llegaron a representar unos u$s1.000 millones anuales, bancados con reservas, cifra que fue complicando a un kirchnerismo acuciado por la falta de dólares.
Ya en el arranque de la gestión macrista, el titular de la AFIP, Alberto Abad, había anticipado que se estaba trabajando en una importante flexibilización para las operaciones de compra a través de tarjetas de crédito en el exterior.
Una de las principales novedades que planteaba el funcionario es que cuando un particular adquiera un bien traído de afuera del país, no iba a tener que ir a buscarlo a una delegación oficial, sino que podría recibirlo en la comodidad de su casa.
“Se tienen que terminar en la Aduana las colas de gente que quiere retirar lo que compró”, argumentó el funcionario en el arranque del año, algo que hasta el presente no pudo cumplimentar, habida cuenta de que llegaron a registrarse colas de hasta seis horas en ese lugar.
¿Cómo funcionaba el sistema hasta 2014, antes de las trabas que fijara el kirchnerismo? Si un particular traía al país unaencomienda que no superaba los 20 kilos, podía recibirla en su casa a través del correo oficial expreso.
Si superaba ese tope y llegaba a los 50 kilos, la compra también era enviada al hogar del “microimportador” pero a través de alguna de las empresas courier (las más conocidas son FedEx y DHL).
Sin embargo, con la implementación de las primeras trabas, la AFIP -conducida en ese entonces por Echegaray– empezó a obligar a los particulares a retirar la mercadería en Aduana, previa presentación de una declaración jurada.
No sólo eso: también se impuso una franquicia de u$s25 libres de impuestos para realizar hasta dos compras por año vía Internet (en total, el tope sería de u$s50 anuales).
Si la mercadería comprada supera ese límite, entonces hay que aplicar un arancel del 50% sobre el valor del producto.
Además, si el bien que se adquiere fuera del país sobrepasa los u$s1.000, la operación entra directamente al Régimen General de Importación.
Es decir, requiere de la gestión de un despachante de Aduanas, lo que termina encareciendo cualquier adquisición.
“En un primer momento, esto llevó a que muchos dejaran abandonadas compras que habían realizado a través de portales web. Con el tiempo, hubo miles de personas que optaron por no hacer más este tipo de operaciones”, afirmó Ponce.
Si bien Abad no dio precisiones sobre los plazos en los que se aplicarán estos cambios, hoy la expectativa está puesta en la flexibilización de un sistema que el kirchnerismo endureció al límite a raíz de la falta de dólares.
A continuación, el texto de la flamante resolución general próxima a oficializarse:
Fuente: Iprofesional.