Hay un cambio que afecta positivamente a los puertos de Latinoamérica, que es el intercambio de perecederos, que tiene una incidencia en lo ambiental notoria porque mantener la cadena de requiere quemar combustibles. Pero hay que prestar atención, a veces los sistemas energéticos en los países no están preparados para esto”, sostuvo durante su participación en la IV Conferencia Hemisférica sobre Gestión Portuaria Sostenible y Protección Medioambiental.
El especialista de las Naciones Unidas señaló que Latinoamérica tiene “vocación de servicio vendiendo refrigerados al mundo” y, a medida que la clase media en Asia aumente, también lo hará su consumo de productos cárnicos, frutos, pescados, mariscos y hortalizas del continente americano, los cuales tendrán que ser transportados en contenedores refrigerados que cambiarán la estructura y la planeación portuaria.
De acuerdo con la consultora internacional Drewry, para el año 2021 se espera que el 85% del mercado de contenedores refrigerados (reefer) con mercancía perecedera sea transportado vía marítima, desde el 79% que representó la cuota de mercado en 2016.
Lo anterior, señala la firma, se debe a que los barcos portacontenedores van ganando terreno en este segmento sobre las navieras con buques convencionales; de tal forma que, para 2021, la carga marítima reefer crecerá 2.8% anual y superará los 134 millones de toneladas.
Al respecto, Ricardo Sánchez enfatizó que las terminales especializadas deben incrementar su oferta de conexiones para contenedores de la mano de un consumo energético sustentable; así como fortalecer los diálogos entre el sector público y privado que abonen a una planeación portuaria competitiva y sostenible, creando políticas de eficiencia energética con la medición de las huellas de carbono y agua.
Si me voy a un puerto gran exportador de alimentos perecederos y quiero enchufar al mismo tiempo todos los contendores, toda la provincia se queda sin energía. Cuando hay momentos de mayor embarque de frutas o pescados se necesitan baterías que utilizan aceite y contaminan el ambiente, tenemos que ver una forma de reaccionar a eso, esto es un cambio que ha llegado para quedarse”, añadió.
Para lograrlo, Ricardo Sánchez advirtió que también se debe terminar con “visiones fragmentadas que existen entre los productores, el transportista, el gobierno, el puerto y los privados” respecto del manejo sustentable y eficiente de la cadena de frío, donde permea la idea de que el uso de combustibles limpios incremente costos operativos; aunado a que todos los actores deben comenzar a “crear estándares comunes e indicadores” que se puedan seguir, dado el reciente cambio en el transporte de perecederos mediante contenedores reefer.
Hay que discutir y crear una visión estratégica compartida por distintos a actores que permitan generar incentivos y migrar hacia programas acordados para disponibilidad y cambios tecnológicos, identificar proyectos, donde el problema no es el financiamiento. Hemos observado más bien que, así como necesitamos entender esa vinculación entre la eficiencia energética, logística sostenible y competitividad, necesitamos una visión estratégica que permita contar con productos competitivos que pueden colocarse en los mercados donde pagan más por ellos”, aseguró en el evento organizado por la Comisión Interamericana de Puertos (CIP) en Mazatlán.
Por otro lado, Drewry agregó que este incremento en el intercambio comercial de perecederos también ejerce presión sobre las navieras de contenedores, lo cual enfrentan con el pedido (no todos confirmados) de más de 400 portacontenedores con capacidad reefer, aunque por ahora exista escasez en el equipo o contenedor.
Según la consultora, la falta de inversiones recientes ya generó escasez en Europa y Brasil durante el segundo trimestre de este año, una situación que probablemente se repita. Si bien la consolidación de las navieras puede mejorar el uso y la eficiencia de los contenedores, la falta de pedidos de equipos de contenedores en 2017 es motivo de preocupación. (Luis Alberto Zanela – T21)